Este 29 de agosto, se celebra el Día del Gamer y estos son algunos beneficios de los videojuegos, de acuerdo con expertos.
La fecha también conocida como “Día Mundial del Videojuego” está relacionada con la invención del primer prototipo llamado “Dispositivo de Entretenimiento de Rayos Catódicos”.
Este aparato lo creó Thomas Goldsmith y Estle Ray Man en 1948. Sin embargo, la conmemoración se atribuye a Hobby Consolas, PlayMania y Pcmania, revistas líderes mundiales del grupo editorial alemán Axel Springer SE.
Las marcas acordaron instaurar la fecha desde el año 2008 para reconocer la importancia e impacto de los videojuegos en el mundo.
Debido a la influencia que tuvieron entre niños y jóvenes, los satanizaron y los acusaron de perjudicar e influir de forma negativa en los aspectos cognitivos, sociales y emocionales de sus usuarios.
Día del Gamer: estos son los beneficios de los videojuegos
Sin embargo, en años recientes esa visión ha cambiado. Ya que, los investigadores descubrieron que —con un uso razonable— los videojuegos pueden tener diversos beneficios para los gamers. Tanto en el desarrollo social como en el cerebro.
El doctor Federico Bermúdez Rattoni es experto en plasticidad neuronal y en neurobiología del aprendizaje y la memoria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Bermúdez Rattoni aseguró que los videojuegos no sólo modifican el cerebro. Además, nos permiten desenvolvernos en otras áreas que son esenciales para nuestro desarrollo personal.
A diferencia de lo que se piensa, no es una actividad pasiva.
Los videojuegos emplean mucho nuestro cerebro, pero también otro tipo de habilidades, como las audiovisuales”, asegura el investigador.
También mejoran el sistema nervioso central y la atención. Aumentan nuestra capacidad de procesar la información y nuestra capacidad perceptiva.
Los juegos digitales estimulan la memoria a corto plazo, la memoria de trabajo y la memoria episódica.
Un estudio elaborado por la Universidad Abierta de Cataluña indica que encienden distintas áreas del cerebro.
En este caso, la red frontoparietal, la corteza cingulada anterior, la corteza prefrontal ventromedial y la corteza entorrinal.
La activación contribuye a mejorar las funciones cognitivas tales como la atención, la percepción, la memoria y las funciones ejecutivas.
Si bien, los videojuegos contribuyen a mejorar distintos procesos mentales, Bermúdez Rattoni aclaró que los cambios que se provocan no son tan radicales.
Los beneficios son visibles, pero esto no quiere decir que por jugar videojuegos voy a ser superinteligente. Eso sí, me va a dar facultades para poder desarrollarme en otros ámbitos, como en lo tecnológico o en la programación, entre otros aspectos”.
Por otro lado, los videojuegos en línea pueden ayudar a desarrollar nuestra creatividad y tomar mejores decisiones.
En su modalidad cooperativa, fomentan el trabajo en equipo y la comunicación, y nos estimulan a ejercer buenos liderazgos.
Bermúdez Rattoni señaló que, a pesar de los beneficios, es necesario tomar en cuenta variables como el rango de edad.
Al igual, considerar los tipos de juegos que son mejores, si la persona era menos sociable antes de jugar o las horas de juego que debemos emplear.
Esto para poder hacer una mejor evaluación de los efectos de los videojuegos y evitar “llegar a los extremos”. Es decir que solo se contemple a los videojuegos como buenos o como anteriormente se pensaba, como malos.
El experto universitario indicó que los videojuegos también se han aplicado en algunos ámbitos de la medicina.
Por ejemplo, en el caso de la neurorehabilitación pueden ser útiles, porque hay personas que después de un accidente cerebral, presentan deficiencias en algún área.
De igual manera, los videojuegos se han utilizado para combatir el deterioro cognitivo. Así como mejorar la función cognitiva de las personas con esclerosis múltiple y tratar la dislexia.
Incluso, ha sido una herramienta en el tratamiento de pacientes con lesiones medulares y una “anestesia virtual”. Es decir, una forma de terapia de distracción en procedimientos quirúrgicos con pacientes menores de edad.
