El caso de Athos y Tango, los perros rescatistas asesinados en Querétaro, será el primer juicio de maltrato animal en México.
El pasado 17 de agosto se inició el proceso contra el acusado que fue detenido el 18 de junio de 2021 por haber envenenado a los héroes caninos.
El dueño de los lomitos que formaron parte del equipo de la Cruz Roja presentó una denuncia formal ante la Fiscalía General del Estado de Querétaro.
Ahí señaló al sujeto de haber dado salchichas envenenadas al dúo canino, lo que provocó su muerte el 15 de junio de 2021.
El presunto culpable podría recibir una condena de hasta 18 años de prisión. Sin embargo, la jueza a cargo del caso señaló que el responsable podría llevar el proceso en libertad.
Activistas y animalistas se manifestaron a las afueras del Juzgado Penal de Querétaro para exigir justicia por los lomitos.
El juicio podría terminar esta semana y el día viernes podría anunciarse la sentencia contra el acusado.
El primer juicio por maltrato animal es histórico en México, considerando que es el país número uno de América Latina en cometer delitos contra las mascotas.
Athos y Tango, héroes caninos
La muerte de los perros restatistas Athos y Tango causó indignación a nivel nacional a mediados de 2021.
Los canes fueron elementos valiosos para el equipo USAR FT1 CRM de la Cruz Roja Mexicana. Ayudaron a salvar vidas durante las labores de rescate en el sismo del 19 de septiembre de 2017.
El Border Collie llamado Athos estaba certificado ante la Organización Internacional de Perros de Búsqueda y Rescate IRO y como especialista acreditado USAR de Cruz Roja Mexicana.
Tango se desempeñó como un perrito de asistencia con una historia muy especial que marcó la vida de una familia de Querétaro, señaló la Cruz Roja.
“Tanto Tango como Athos fueron amigos incondicionales de la corporación, la cual los despide como lo grandes que fueron”, escribió la organización tras la muerte de los canes.
El 18 de junio, sus compañeros realizaron una ceremonia de despedida con las cenizas presentes de ambos perritos.
Los hijos de Athos, Urly y Balam también asistieron al homenaje y a diferencia de su padre, lograron sobrevivir al envenenamiento.