“Mi mamá me enseñó que no hay que poner el pollo y echarle encima el mole, hay que enchilarlo, ella me decía”. Reynalda Altamirano cocina desde los 10 años, hoy tiene 80 y tiene el nombramiento de Tesoro Vivo Honorífico, por la Secretaría de Cultura.

Su casa está en la Magdalena Yacuitlalpan, en el municipio de Tochimilco. Está a solo hora y media de la capital de Puebla, pero su cocina, la cocina de humo está cientos de años atrás en la época prehispánica.

Reynalda Altamirano moviendo con una cuchara el mole que prepara en una cazuela de barro. credit: Ambas Manos

Ahí pasa la mayor parte de su tiempo Reynalda, en un pequeño cuarto, sobre el suelo. Si te paras, los ojos no dejan de llorarte por el humo, pero en el suelo puedes soportarlo.

Reynalda Altamirano en la preparación del mole poblano. credit: Ambas Manos

Prepara mole poblano y, mientras usa el metate, el que le heredó su madre, cuenta que una de sus dos hijas murió hace apenas dos años víctima de cáncer en los huesos.

Reynalda Altamirano usa el metate. credit: Ambas Manos

Prepara el mole solo con chile mulato, chile ancho, pasas, ajonjolí, chocolate y canela. “Dice que el fogón es la comunicación entre la mujer y la tierra”, y al tiempo enseña la blusa que ella misma bordó.  

De vez en vez echa sal en la lumbre, explica que es por si alguno tiene hambre, para que la cazuela no haga burbujas y sepa rico el mole.

Su cazuela de barro se la heredó su mamá y tiene más de 60 años con ella, pero no parece tan usada como su metate, que ya está muy delgado en algunas zonas.

Su hija Patricia Altamirano es la primera presidenta auxiliar mujer de la comunidad. Ella se enojó cuando la nombraron. Es un pueblo aún machista. Patricia es enfermera la jefa en el Centro de Salud de la zona y estudió en la BUAP.

Reynalda solo se queja un poco de dolor en la cadera y la columna. Puede hacer lo que no muchos a su edad, levantarse del piso y salir a buscar lo que necesita, cuantas veces quiera.

Nos ha invitado a una clase de cocina tradicional, pero la verdad es que no nos deja intervenir. Está acostumbrada a cocinar sola, con la ayuda a veces de su amiga, quien hace las tortillas y el arroz, y de su hermano quien carga lo que pesa.

Lo hace todo en el metate, echa manteca a la olla de barro y cuando está hirviendo vierte el chile molido, después el ajonjolí, las pasas, derrite el chocolate que casi casi hemos obligado a ponerle y también lo agrega.

A veces usa plátano macho.

Ha tardado unas dos horas en cocinar, porque antes de hacer el mole hierve el pollo a un lado.

La lumbre es altísima, por eso todo hierve tan rápido. Ya tiene todo dispuesto para las visitas, ha lavado antes los platos y preparado la mesa en el patio. Te sirve el arroz primero, pero nosotros le pedimos que todo esté junto.

El arroz, el mole con pollo y un tamal de frijoles. Delicioso.

Ella come en su cocina y cuando termina te muestra lo que teje. Tiene una blusa casi transparente de 1800, “es mi herencia” dice su hija.

Nos invita al segundo viernes de cuaresma para comer tortitas de camarón el mole.

El humo me ha pintado el cabello, pero aquí seguimos cocinando”, se despide.

Video de Reynalda Altamirano y su preparación tradicional del mole poblano.
Buen fin Viaja a CDMX
Viridiana Lozano Ortiz

Viridiana Lozano Ortiz

Licenciada en Comunicación, maestra en Letras Iberoamericanas y en Escritura. Periodista desde 2009. Fundadora y directora de Periódico Central hasta junio de 2022. Fundadora de Ambas Manos.