La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la obesidad como la “acumulación anormal o excesiva de grasa que puede perjudicar la salud”. Contrario a su definición, las causas de este padecimiento pueden ser más complejas de lo que imaginamos.
Es muy común escuchar o incluso hacer comentarios sobre el peso de otras personas. Sin embargo, cuando esto ocurre no se considera que quizás no se deba al abuso de comida poco saludable o a la falta de ejercicio. En muchas ocasiones esta enfermedad está relacionada con problemas hormonales, ansiedad, estrés, depresión, fallas en el funcionamiento de otros órganos o incluso factores hereditarios.
A propósito, este 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad. En este día se busca generar conciencia en las personas. Tanto en las que viven con este padecimiento como en la sociedad en general.
Comprender esta enfermedad hará posible que las personas se animen a pedir ayuda para superarla.
Si bien, se sabe que es un mal que aqueja a niños, adolescentes y adultos parece que no se le da la importancia necesaria. En muchos de los casos, se acude al doctor cuando esta y otras enfermedades ya están en una etapa más avanzada.
Desgraciadamente, en México no existe la cultura de la prevención. La mayoría de las personas se automedica y asiste al doctor cuando presenta más de un síntoma.
Las personas que padecen obesidad son más propensas a sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer.
A todo esto, los médicos sugieren acudir periódicamente a consulta, realizarse análisis clínicos y lo más importante no automedicarse. Además de evitar utilizar productos milagro para bajar de peso como la semilla de Brasil, Redustat o algún té reductivo. Pues lo importante no es perder peso, sino adoptar un estilo de vida saludable.