Aprovechándose de las necesidades de los familiares de pacientes, en los hospitales del IMSS de Puebla inició un monopolio; trabajadores venden productos y comida.
La Margarita, San José y hasta Ortopedia son puntos donde, principalmente, el personal de enfermería, camilleros y del aseo ofertan productos a los familiares.
Cuernitos, sándwiches, tacos, rebanadas de pizza, agua y tortas son algunos de los alimentos que venden, pese a que no está permitido.
Incluso, el reglamento del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) prohíbe introducir comida. Y es que el servicio de nutrición y dietética es el responsable de servir los alimentos para los pacientes.
Los familiares deben de tomarlos fuera de las instalaciones de la unidad hospitalaria”, dice la norma que se entrega a los derechohabientes que se quedan internados.
Testigos revelaron a Ambas Manos que este monopolio funciona del siguiente modo:
Como el reglamento prohíbe introducir también cobertores, almohadas, el personal de seguridad se pone “pesado” al momento de revisar e incluso piden a los familiares tirar sus bebidas argumentando que no está permitido.
Al interior del IMSS de Puebla, venden comida y hasta tóperes
Sin embargo, al interior, personal del IMSS ofrece a los familiares comida, hasta ropa y tóperes. Lo hace a precio más elevado, aprovechándose de que no los dejan ingresar esos productos.
Uno de los testigos indicó que, cuando dio el aviso de que tenía que salir a comer —como indica el reglamento— una de las enfermeras le dijo que no era necesario que se fuera y llamó a uno de sus compañeros para que le ofreciera sus productos.
Es por ello que los familiares sospechan que los de seguridad saben de lo que pasa y por eso se ponen tan estrictos. También, porque al personal de enfermería no le esculcan sus cosas cuando ingresan.
Los afectados reprobaron que este acto suceda viniendo de una institución que encabeza la Cuarta Transformación. Sobre todo, cuando su líder, el presidente Andrés Manuel López Obrador, se ha dicho enemigo de la corrupción.
Y es que, para los familiares, es una forma en que el IMSS lucra con su sufrimiento y necesidad de tener que estar con sus pacientes internados. Especialmente, para aquellos que no son de la ciudad, sino que vienen de otros municipios, a quienes se les complica conseguir insumos.
Este medio consultó a usuarios de los hospitales del IMSS, quienes dijeron que esta práctica aún no se extiende a Cuautlancingo que no tiene ni un año que se inauguró.