Los creadores del documental que aborda el caso de los estudiantes asesinados en Huejotzingo buscan financiamiento para terminarlo. La campaña fue lanzada en la plataforma Kickstarter para recibir donaciones.
El largometraje “Seguimos Aquí” es la ópera prima del cineasta oaxaqueño, Daniel Mendoza. Junto con varios colegas, emprendió el proyecto con la firme idea de recordar a tres jóvenes cuyos sueños e ilusiones se vieron truncados por la violencia en Puebla.
El tráiler del documental se dio a conocer el pasado 23 de febrero a través de las cuentas de redes sociales de “Seguimos Aquí”. El primer avance revive los sucesos que marcaron a la comunidad estudiantil en todo el estado.
En entrevista con Ambas Manos, Daniel Mendoza comentó que la idea surgió hace cuatro años, días después del 23 de febrero de 2020. En esa fecha José Antonio “Coti”, Ximena Quijano, Javier Tirado y Josué Emmanuel, el conductor de Uber, fueron encontrados sin vida y con signos de violencia en la comunidad de Santa Ana Xalmimilulco.
Daniel se dedicaba a impartir clases cuando ocurrió la tragedia en el Carnaval de Huejotzingo. Desde entonces, es conocida como una de las festividades más peligrosas del inicio de Semana Santa.
Él y su productora, Arely Olmos, se vieron familiarizados con la situación, ya que, al igual que ellos, los jóvenes eran migrantes que buscaban continuar sus estudios universitarios en Puebla. Además de que, gran parte del equipo de producción del documental, es egresado de la UPAEP desde 2018.
Tanto mi productora como yo somos foráneos, vivimos en Puebla en su momento. Ella es de Veracruz, yo soy de Oaxaca, nuestro director de foto es de Hidalgo, nuestro editor de Cuernavaca y la mayoría somos egresados de la licenciatura de cine en UPAEP”, explicó.
¿Cómo inició el documental de los estudiantes asesinados en Huejotzingo?
El equipo de cineastas comenzó a trabajar en el entonces cortometraje el 4 de marzo de 2020. El director siguió de cerca las noticias y todo lo relacionado con el caso de los estudiantes.
Recuerda que en ese entonces, la capital poblana vivía una ola de inseguridad fuera de lo común. Una situación preocupante para la sociedad en general, pero en particular, para las y los estudiantes foráneos.
El problema de violencia, robos y asaltos contra la comunidad estudiantil se hizo todavía más visible tras el caso de Coti, Ximena y Javi, que desató la mega marcha del 5 de marzo, en la que se estima participaron más de 30 mil jóvenes de universidades públicas y privadas, un hecho histórico nunca antes visto.
La indiferencia y el silencio de los rectores de las universidades poblanas también fue un detonante entre las y los alumnos para alzar la voz por su seguridad.
Al ver que nadie más se encontraba documentado el movimiento estudiantil más importante de Puebla después de 1968, el equipo de cineastas decidió entrar en acción y logró capturar todos los momentos clave del caso.
La investigación documental incluyó las declaraciones oficiales de las autoridades y la cobertura de los medios de comunicación.
Con ello, vino la revictimización de los chicos por parte de la sociedad; del propio gobierno estatal en turno y hasta de la prensa local, lo que provocó la molestia de muchos, entre ellos, del equipo de producción.
Un día la Fiscalía sale a decir ‘el asesinato se dio por un sombrero’. ¿Cómo alguien mata a alguien por un sombrero, no?”, explicó Daniel.
Entre las múltiples versiones que se dieron a conocer del asesinato, una señaló que los jóvenes fueron confundidos por traficantes colombianos. En su momento, esto se desmintió por los propios padres de las víctimas.
Fue así que Daniel logró reunir el material suficiente para comenzar el proyecto que en ese entonces se visualizaba como cortometraje. Sin embargo, decidió buscar a las familias de las víctimas para conocer un poco más sobre quiénes fueron y contar su propia versión de la historia.
“¿Por qué mataron a nuestros hijos?”, la falta de acceso a la justicia en Puebla
La efervescencia del caso no duró mucho, debido a la crisis de salud que provocó la pandemia de covid-19 en 2020.
El proyecto se retrasó, pero durante el periodo de confinamiento, el equipo contactó a la familia de Coti, Javier y Ximena, quienes seguían sumamente afectados por la pérdida de sus seres queridos.
Los padres, madres y hermanos de las victimas también se vieron afectado por la revictimización que sufrieron los jóvenes que solo buscaban un mejor futuro en Puebla. “Ellos solo querían saber qué había pasado y por qué habían matado a sus hijos”, explicó el director.
Fue entonces que el documental dio un giro y los creadores le dieron un enfoque diferente, dirigido a la falta de acceso a la justicia que viven las familias de las victimas de homicidio.
Queríamos hacer un documental que pudiera servirles a ellas (las familias) a exigir justicia si el caso quedaba en el olvido o el gobierno no le daba continuidad, que le diera visibilidad a la historia”, dijo.
Entre los testimonios que han logrado capturar, están el de Angélica Cerpam, madre de José Antonio “Coti”, estudiante de intercambio de Colombia.
Además de Sonia Hernández, mamá de Ximena Quijano y Sindy Tirado, hermana de Javier Tirado, estudiante originario de Veracruz.
Todas y todos han participado de manera voluntaria y se han mostrado muy abiertos a la realización del documental.
Desde que iniciaron las investigaciones y hasta que se dictó sentencia condenatoria a los autores materiales del asesinato, el equipo ha acompañado a las familias en su búsqueda de justicia.
Cuatro años después, el director y su equipo lograron mantener contacto y construir una relación de confianza con las familias.
Señaló que, al contar su versión, los padres buscan limpiar la imagen de sus hijos que se vio manchada por criticas como “eso lo es paso por andar de fiesta” o “por visitar un lugar peligroso”.
Ellos ven este documental como una forma de limpiar la imagen de sus hijos. Pero también para contar quiénes eran realmente, personas que pueden ser como tú, como yo, que tenían derecho a divertirse. Eran estudiantes que tenían sueños y planes de vida que fueron cortados por este asesinato. La revictimización realmente hirió mucho a las familias”.
“Seguimos Aquí” busca financiamiento e inician campaña en Kickstarter
Durante el proceso de investigación y recopilación de material, el equipo tuvo asesoramiento de la plataforma Docs Mx. Quienes les ayudaron a convertir el corto “La Gran Marcha” en el largometraje que hoy se conoce como “Seguimos Aquí”.
El proyecto cinematográfico ha crecido tanto que los creadores buscan grabar en Bogotá, Colombia y Xalapa, Veracruz, ciudades de origen de Coti, Ximena y Xavi.
Para ello, decidieron iniciar una campaña de recaudación de fondos que ya se encuentra activa en la plataforma internacional Kickstarter.
El objetivo es reunir alrededor de 60 mil pesos que se utilizarán para retomar el rodaje en México y Colombia.
Esta campaña nos puede impulsar más, alimentar el proyecto y entonces continuar con el plan de grabar la película este año”, dijo Daniel.
Las personas pueden donar desde 50 hasta 3 mil 500 pesos bajo un sistema de recompensas. Cada donante recibirá postales digitales, café y podrá ver su nombre en la sección de créditos del documental.
La iniciativa durará 30 días y los interesados pueden acceder al siguiente ENLACE para realizar su donativo.
Daniel recalcó que “Seguimos Aquí” no es un documental que busca poner en tela de juicio las versiones oficiales de las autoridades. Más bien, busca contar la historia desde una verdad propia y compartida con las familias de las victimas.
Busca contarnos todas las fallas y omisiones que se tuvieron durante el caso, que llevaron a las familias a ser revictimizadas y que genera hoyos en la propia investigación, razón por la que siguen teniendo sus propias dudas a pesar de que ya hay personas sentenciadas”.