Caos. La mejor definición para las casi 100 horas de cierre a múltiples carreteras de Puebla; en las que unos cuantos, secuestraron las salidas al centro del país y con ello, a miles de personas. Durante días detuvieron el transporte privado y comercial, a los que viajan por trabajo y por placer.
Seis décadas han pasado de la construcción de la Autopista México-Puebla, una de las principales vías de acceso desde el sureste al centro del país.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad, más de 65 mil vehículos atraviesan diario la México-Puebla, según datos del 2021.
Si un pequeño tramo se ve afectado o cerrado, la repercusión es una: colapso.
Fue lo que ocurrió durante cuatro días, con el bloqueo de pobladores de Santa Rita Tlahuapan; que 60 años después reclaman un pago “justo”.
Aún si no fue justo que miles de empresarios y comerciantes perdieran su mercancía al estar varados; ni de enfermos que perdieron sus citas con el doctor por quedarse en el tráfico.
En otros tiempos, el bloqueo habría llegado a tener un desenlace hasta violento para permitir la reapertura; pero en estos tiempos. El presidente Andrés Manuel López obrador fue muy claro “no habrá represión, esos eran otros tiempos”.
Pero también dijo que no se dejarían chantajear y que había un abogado engañando a los pobladores respecto a la cantidad que les tocaba por sus ejidos.
Caos por cierre de carreteras en Puebla
11:00 horas del martes 6 de agosto. Un grupo de pobladores, incluso arriesgando su vida, impiden el paso vehicular en la autopista.
Cada minuto que, a partir de ahí, son decenas de vehículos que se quedan atorados en el tráfico y que no saben lo que sucede.
Los quejosos. Pobladores del ejido Ignacio López Rayón en Santa Rita Tlahuapan no dan tregua y dejan varados a quien pretenda circular.
En el tráfico, José Manuel Rubio espera con angustia que le permitan pasar. Su esposa tiene consulta en el Instituto de Oncologia, pero eso no le importa a los que tienen bloqueada la pista.
Camioneros se ven desesperados, sus mercancías tienen que llegar, muchos de ellos alimentos que están en riesgo de echarse a perder.
11:00 horas del miércoles 7 de agosto. El bloqueo alcanzó un día completo, no hay respuesta alguna, no hay señal de que termine pronto.
Hay un contraste marcado en la zona; unos hacen un “día de campo” e instalan carpas y sillas. Otros tiran vallas que bloquean el cambio de sentido para salir por fin del caos; camionetas particulares y de envío logran brincar el muro de contención y retornar.
Comienzan a liberar autopistas
13:00 horas del jueves 8 de agosto. Por fin hay un rayo de esperanza, dos carriles son liberados de forma intermitente y dejan circular a quienes llevan más de 48 horas varados.
Horas más tarde, la autopista México-Puebla luce desértica, ya solo quedan los quejosos, en espera de que su “lucha” les de frutos y así es.
Tras la calma, llegan las últimas horas del viernes 9 de agosto y una comisión por fin entra a dialogar con la Secretaría de Gobernación durante seis horas.
A las 4:30 horas del sábado 10 de agosto por fin llega la noticia esperada, las carreteras que tomaron pobladores en varias zonas, serán reabiertas.
Este lunes 12 de agosto el gobierno federal se reunirá una vez más con los ejidatarios para el plan de pago por sus tierras. .
Más allá de eso, este bloqueo histórico deja una duda que se presenta en redes sociales: ¿pueden unos cuantos, afectar a miles por un reclamo legítimo o incluso ilegítimo?
