Se creó la Maestría en Tecnologías Agrícolas Limpias, a cargo del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP), que se ofertará en enero de 2023.
Esta nueva maestría surge de la necesidad de proponer una alternativa con tecnologías para la agricultura sin causar daños al medio ambiente, a la par de recuperar la fertilidad del suelo agrícola, considerando el tipo y la región geográfica del país.
La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla recordó que ante la necesidad de una mayor producción alimentaria, en los años cincuenta del siglo XX surgió la llamada revolución verde con el uso intensivo de agroquímicos, plaguicidas y fertilizantes, así como la priorización del monocultivo.
Estas prácticas permitieron enfrentar la crisis alimentaria, pero décadas más tarde se observaron daños a la salud humana y ambiental.
Por ello, este posgrado con orientación profesionalizante busca minimizar emisiones o descargas en la fuente, reducir riesgos para la salud humana y ambiental, además de elevar la competitividad de los productores. Con ello se pretende contribuir a la seguridad alimentaria, a las buenas prácticas agrícolas y a la generación de alimentos inocuos.
Se trata de un conjunto de acciones para mejorar el medio ambiente en torno a la agricultura; por ejemplo, generación mínima de residuos, producción sustentable y sustitución de productos químicos, ya que su uso, concentraciones y tiempos de aplicación inadecuados, generan deterioro ambiental”, expuso el coordinador de este plan de estudios, Marco Antonio Marín Castro.
A su vez, José Víctor Tamariz Flores, coordinador del Centro de Investigación en Ciencias Agrícolas (CICA) del ICUAP, reconoció la falta de vinculación de la academia con personal de este sector económico, para transmitir a los productores y empresas esos conocimientos y habilidades sobre tecnologías agrícolas limpias. “Buscamos que los aspirantes a este posgrado tengan experiencia en proyectos agrícolas, para proporcionarles herramientas técnicas y académicas que les permitan mejorar sus experiencias profesionales”.
Fortalecer a los profesionistas
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, de 198 millones de hectáreas que conforman el territorio nacional, el 16 por ciento son tierras agrícolas y la agricultura es la actividad que genera el 70 por ciento del total del PIB del sector primario.
Dada su importancia, los investigadores del ICUAP resaltaron la necesidad de buscar tecnologías adecuadas a cada tipo de suelo y región, retomar el control de los insumos para la producción agrícola, sin depender del extranjero, y con ello atender la demanda de los cultivos. “Estas alternativas tendrían que surgir del intercambio de conocimientos y saberes entre profesionistas, agricultores y docentes”, enfatizó el doctor Marín Castro.
La Maestría en Tecnologías Agrícolas Limpias tiene tres líneas de investigación: Tecnologías limpias aplicadas a la agricultura; Manejo de suelos y agricultura de conservación; y, Biotecnología agrícola.
Los diversos proyectos realizados por personal del CICA se enmarcan en estas líneas de investigación. Tal es el caso de evaluaciones de la erosión y contaminación del suelo y prácticas de conservación de estos, rescate de saberes ancestrales en la agricultura, uso de compostas, alternativas para la conservación del agua, análisis de alimentos, extracción de antioxidantes para adicionarlos a otros alimentos, generación de hongos comestibles por medio de residuos agrícolas y degradación de colorantes y tintes textiles a partir de enzimas de hongos.
La planta académica la integran 11 docentes del CICA -la mayoría con estudios de doctorado y 25 años de experiencia en el área-, de ellos el 50 por ciento está adscrito al Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt y el resto tiene perfil Prodep y es parte del Padrón de Investigadores de la institución. Además, colaborarán profesores de la BUAP de áreas afines, expertos de instituciones gubernamentales y docentes de instituciones de España, Perú, Argentina y Cuba, con las cuales se tiene convenio.
La modalidad de estudios es escolarizada y para concluirla se necesita un mínimo de 80 créditos. Las formas de titulación son tesis, portafolio profesional de evidencia, publicación de artículos de divulgación y elaboración de trabajo profesional documentado.