Mujeres y Violencia Patrimonial
La violencia patrimonial, de acuerdo a la ley General de Acceso de las Mujeres a una vida libre de violencia, son todos aquellos actos u omisiones que afectan la supervivencia de la víctima.
Se manifiesta en la transformación, sustracción, destrucción o retención de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades y puede abarcar daños a los bienes comunes o propios de la víctima.
Este tipo de violencia contra las mujeres va en aumento, actos como condicionar gastos o el mantenimiento de propiedades o bienes muebles o inmuebles a cambio de sexo o algúna otra forma de chantaje, el apropiarse de bienes patrimoniales de manera arbitraria y ventajista, el obligar a la víctima a vender o ceder sus propiedades o bienes bajo amenazas, el dañar sus bienes para que pierdan valor, el retirarle o condicionarle los documentos que acrediten una propiedad, el dejar de pagar deudas o créditos adquiridos a través de la víctima o incluso manipular sus cuentas bancarias o ahorros, son manifestaciones de esta forma de violencia.
Regularmente, cuando ocurre un caso de violencia en el seno familiar o de pareja, la víctima es la que “tiene” que salir de casa huyendo para evitar seguir siendo violentada, muchas mujeres salen con sus hijos a casa de familiares, amistades o refugios, ¿pero por qué no el que sale de la casa es el victimario? Porque en muchos casos, el agresor es el dueño de la propiedad, o en otros, es el agresor quien despoja a la víctima de su propiedad, y por miedo a enfrentarlo, dejan su patrimonio, situación que actúa en perjuicio de la víctima y hasta sus hijas e hijos pues pierden el uso y derechos sobre su casa, ya que no pueden volver por el riesgo de ser nuevamente víctimas de violencia.
Situaciones que generan que esta forma de violencia se perpetúe, son la normalización, justificación y desconocimiento de las víctimas, quienes muchas veces no saben que es una forma de violencia que incluso está reconocida por una ley general.
Es importante socializar que estas formas de violencia ocurren cada vez con mayor frecuencia, sobre todo considerando que las mujeres cada vez adquieren más bienes muebles o hasta inmuebles debido al aumento de su participación económica en el mercado laboral, y que ahora con el nuevo Código de Procedimientos Civiles y Familiares recientemente aporbado en el Senado, las y los jueces que juzguen casos de violencia patrimonial, tendrán la obligación de juzgar con perspectiva de género y no con los vicios y la corrupción que muchas veces despojaban a las víctimas de sus propiedades.
Es importante seguir analizando esta forma de violencia porque desafortunadamente el acceso a la justicia para las víctimas de violencia patrimonial sigue siendo lejana.