El 8M movilizó a más de 50 mil mujeres tan solo en la Ciudad de Puebla, aunque claro hubo muy importantes marchas en otras ciudades donde antes era impensable que pudieran ocurrir, como en Tehuacán, Chignahuapan, Ajalpan, San Martín Texmelucan y Huauchinango, es igual de importante mencionarlas y visibilizarlas.
Estas marchas han sentado un precedente muy importante en la lucha feminista, pues cada vez más mujeres se suman a exigir sus derechos y lo hacen libremente, sin acarreos ni coerciones. Sin embargo, inmediatamente que pasan las marchas, empiezan los típicos comentarios malintencionados de: ¿Y de qué les sirvió marchar? ¿Qué arreglaron con eso? ¿Evitaron algún feminicidio?
Y aunque es evidente que las marchas no podrán resolver por arte de magia todos los problemas de desigualdad, discriminación y violencias que aquejan a las mujeres en Puebla y en todo el país, si es importante destacar que las marchas sirven para visibilizar la problemática y generar presión a los gobiernos sobre sus demandas.
Pero más allá de eso creo que es importante hacer notar 5 logros de las marchas feministas:
1.- Romper el silencio: Los agresores ya no cuentan con la comodidad de nuestro silencio. Los tiempos donde las violencias se quedaban ocultas, por miedo soledad o vergüenza, han sido sustituidos por tendederos de denuncias, iconoclasia con los nombres de los agresores, denuncias públicas durante las marchas a micrófono abierto, hasta denuncias virtuales motivadas por el furor de las marchas. Hoy a los agresores se les exhibe y las marchas han sido el espacio seguro para denunciarlos públicamente. En las marchas el No estas sola se ha vuelto una realidad.
2.- Concientizar más a las nuevas generaciones: En las calles y las redes proliferaron fotos y videos de niñas pequeñas, adolescentes y mujeres muy jóvenes marchando. En la marcha del 8M en Puebla había muchísimas niñas en el contigente de Madres e infancias.
Las niñas no iban solo acompañando a sus mamas, iban conscientes del momento que estaban viviendo y de en lo que estaban participando, eso es esperanzador, porque son nuevas generaciones que se forman con una visión feminista y no patriarcal del mundo.
3.- Acercar el feminismo a la sociedad. La dimensión masiva de las marchas ha generado que cada vez más personas dejen de mirarnos como un conjunto de “viejas locas” y en cambio, respeten y entiendan el sentir social de una inmensa multitud de mujeres tomando las calles, y por supuesto de la inmensa problemática que nos aqueja por el simple hecho de nacer mujeres. La gente está entendiendo la importancia de la lucha, juzgando menos y empatizando más.
4.- Articular al movimiento feminista: las marchas nos han ayudado a unirnos más y a encontrar coincidencias para articularnos y compartir lucha, hemos entendido que no necesitamos ser amigas para ser aliadas, que quizá no nos conocemos, pero en la marcha todas nos cuidamos, todas nos acuerpamos, todas avanzamos. Había muchísimas mujeres que asistían por primera vez a una marcha y decían que había sido una experiencia muy fuerte pero muy valiosa y que volverían a marchar una y otra vez.
Ojalá que todos estos logros de las marchas prevalezcan, porque quizá el logro más importante de las marchas feministas, es demostrarnos lo poderosas que somos cuando luchamos juntas.