Qué difícil debe ser para la nueva dirigencia del fútbol mexicano lograr darle la vuelta a todo lo que ocurre alrededor de nuestro balompié.
Mire que tener que parar el torneo local justo al terminar la última fecha y justo cuando se tiene bien definido quiénes irán al ‘play in’ y quienes irán a la liguilla de manera directa.
Y todo ello, para ver el deplorable espectáculo brindado por la oncena mexicana frente a su similar de Honduras donde el partido de ida quedamos 2-0 abajo y con un riesgo grande de quedar fuera de la ‘Copa America’ a menos que se les derrote por tres goles el día de mañana martes en el Estadio Azteca o al menos en serie de penales.
Pero volviendo al tema, la verdad es que desde el fracaso nacional en Qatar, poco o nada ha cambiado y es que mientras el fútbol siga siendo manejado teniendo como prioridad el negocio y los ‘humores’ de los jugadores para aceptar o rechazar directores técnicos, la cosa no va a cambiar.
Hasta el cansancio hemos comentado la abolición casi segura y permanente del ascenso y descenso donde la competencia y exigencia dejó de ser importante al trasladarse únicamente a una multa económica que no termina por ser tan definitiva en la economía de los equipos.
Mientras los clubes dejen de invertir en los jóvenes de fuerzas básicas y sub’s inclusive y sacrificando algunos torneos, será casi imposible salir del marasmo en el que nuestro fútbol se encuentra estancado.
Sin embargo, no hay alternativa cuando te das cuenta que son muy pocos equipos los que invierten en jóvenes como Pachuca y Necaxa y los demás prefieren jugar al milagro de traer extranjeros baratos que la puedan prender en nuestro país para después venderlos a precio de oro a equipos más poderosos económicamente hablando.
Mire que pase lo que pase en el partido de vuelta contra el peor Honduras de los últimos años, los focos rojos a nivel nacional están prendidos.
Mucho se tiene que trabajar con los jóvenes en México, materia prima existe y de sobra, obviamente la gran mayoría se quedan en el camino por falta de oportunidades.
Poco a poco a nivel internacional la selección nacional se extingue y pareciera que no con el ‘Tata’ Martino, ni con Jaime Lozano, ni con Guardiola, y ni con San Sebastián de Aparicio. Cómo diría el prestigiado columnista Ignacio ‘Fantasma’ Suárez: “Se cambia al ‘chef’ pero los ingredientes son y seguirán siendo los mismos”.
Me pregunto si será mejor conformarnos simplemente con un torneo mediocre donde los que lo arman son muy ingeniosos y eso debemos reconocerlo pues mantienen el interés de prácticamente el 90 % de los equipos hasta la última jornada, jugando con un titipuchal de extranjeros en su mayoría baratos o pensamos de verdad en devolverle la capacidad de competición al fútbol mexicano a base de jóvenes talentos hechos en casa.
Que toma tiempo, es cierto, que no es fácil, también.
Pero que es absolutamente necesario para devolverle esa identidad y pasión que el aficionado mexicano requiere de su equipo nacional, no queda duda.
Puebla.
Detuvieron el torneo en el peor momento para el equipo de la franja, cuando era el equipo que mejor fútbol estaba desempeñando en nuestro país, justo cuando la labor de Carbajal-Noriega en la cancha se estaba reflejando y cuando la mano de Gabriel Saucedo se empezaba a sentir a nivel directivo, viene esta pausa de 17 días la cual espero no le cueste a la franja el perder el ritmo que tanto trabajo costo conseguir.
Alguien me dijo que el parón es para todos los equipos, lo cual es cierto, sin embargo, el envión anímico y el buen fútbol que desarrollaba la franja no lo traía nadie más.
Se viene el ‘play in’ esta semana y ya para fin de mes, en especial el miércoles 29, la franja recibirá en el día veces mundialista Estadio Cuauhtémoc al campeón Tigres para devolverles la visita el sábado 2 de diciembre en el Volcán de Monterrey.
Si la franja no pierde el ritmo, les podría dar una desagradable sorpresa a los norteños.
Pero de eso lo platicamos en la próxima entrega.
Nosotros como siempre seguiremos en línea.
Hasta la próxima.
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