Un año de Ambas Manos
Mi intempestiva salida de Central el 23 de junio del 2022, esa ansiedad con la que siempre he tenido que lidiar por mi personalidad, me hizo hacerme una casa nueva de inmediato y el 25 de julio de ese mismo año ya estaba en línea Ambas Manos.
Hoy cumplimos un año, hemos transitado por 12 meses de trabajo constante y en ese corto periodo de tiempo logramos convertir este periódico digital en uno de los 10 más leídos en Puebla.
¿Es lo más importante?
No, pero mi forma de ser me obligó a intentar recuperar algo de lo perdido. Lo quería de vuelta en el menor tiempo posible. Eso, por supuesto, no puede ser un aliciente, pero debo confesar que lo fue en los primeros meses.
Hoy les cuento, en esta columna de aniversario, que el shock de la pérdida fue tremendo, doloroso, pero creo que nunca he aprendido tanto y de tan diferentes formas.
Así es cuando sueltas algo de lo que llevas prensado durante un largo tiempo. Un proceso complicado, pero gratificante.
Reconoces la amistad, la solidaridad, la sororidad, el compromiso y las relaciones que perduran en la adversidad.
A la distancia veo ya no solo lo que Ambas Manos ha logrado, sino el trabajo, disciplina y compromiso de quienes hemos estado aquí a diario.
En este equipo somos capaces de trabajar con el objetivo de informar desde diferentes plataformas y hacer que nuestros contenidos, al mismo tiempo, estén optimizados para motores de búsqueda.
Hoy, gracias al trabajo continuo y de calidad, somos referencia.
Nuestros cimientos son fuertes, es el primer año de muchos en los que seguiremos consolidándonos y mejorando a diario, porque esa es una de las oportunidades que da el periodismo.
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Algunas personas, cuando escriben sobre sus metas, dicen que “jamás pensaron que lo pudieran lograr”, yo siempre estuve segura, tan segura como cuando fundé el primero.
Esa seguridad no viene de la petulancia, viene de la disciplina, la preparación constante, el trabajo y hacer lo que nos gusta, porque esa es la ruta para alcanzar metas.
A nadie le llega el éxito sentado en su comodidad quejándose ni culpando a otros para intentar tapar su incapacidad.
Las críticas dirigidas no se han hecho esperar, es natural siendo ya un medio de comunicación que ha logrado permear más allá del “círculo rojo”.
Ser mujer lo ha hecho más complicado.
Las mujeres seguimos viviendo en una estructura social en las que no se nos permite ser exitosas sin haber pasado antes por una serie de juicios, hasta morales, sobre nuestro comportamiento.
Abundan las descalificaciones, se nos regatea la brillantez, el conocimiento, la innovación y somos juzgadas de forma disímiles.
Pero aquí estamos, y en Ambas Manos la mayoría somos mujeres abriendo camino para que las que vienen no deban pasar por lo que nosotras.
Y no mermo de ninguna forma el trabajo de mis compañeros hombres.
Termino agradeciendo a todo el equipo de Ambas Manos, los colaboradores que envían sus contenidos cada semana, a mi familia por supuesto por su apoyo constante y a los amigos, hoy más que nada a mis amigas y amigos por estar aquí.
Vamos por más años.