A unos días de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el Congreso de Puebla se pinta de 8M.
Este 2 de marzo los diputados locales aprobaron por unanimidad dos reformas que ayudan a atender y contrarrestar el problema de violencia hacia las mujeres: la Ley Malena y la Ley Ácida.
¡Es histórico!
Lo más doloroso de todo, aunque festejamos la aprobación, es lo que tuvo que suceder para que nuestra sociedad necesitara reformas para atender estas violencias.
La Ley Malena, se llama así por la saxofonista María Elena Ríos, sobreviviente de un ataque con ácido.
Tipifica los ataques con ácido como tentativa de feminicidio y los condena a hasta 40 años en prisión.
Y la Ley Monzón, que recuerda a la abogada y activista Cecilia Monzón, quien fue víctima de feminicidio a manos del padre de su hijo, Javier López Zavala.
Esta reforma retira la patria potestad a los vinculados a proceso por feminicidio o intento de.
Regreso.
Lo más doloroso fue conocer a las víctimas que, levantaron las manos en señal de triunfo, que aplaudieron y reclamaron desde las galerías del Congreso de Puebla.
¿Por qué?
Porque no deberían estar ahí.
Sobrevivieron a un ataque con ácido, son amenazadas por las familias de un feminicida encarcelado, o apoyan la causa de Cecilia Monzón.
Fueron orilladas a luchar por sus derechos desde el activismo. Pasan largas jornadas en terapias de recuperación, consultas médicas, en juzgados, con abogados.
Sufren la envestida de las redes sociales, son juzgadas por luchar por sus derechos.
Sus familias fueron tocadas por feminicidas y siguen siendo laceradas por el machismo que las juzga en todos lados.
No tendrían que estar, ni que luchar, ni que defenderse.
Pero, la sociedad machista las ha obligado a levantarse.
Y quiero referirme también a las principales impulsoras de las reformas. A la diputada del PT, Mónica Silva y a la del PAN, Aurora Sierra.
Llevan meses, lo sé porque he platicado con ellas, impulsando reformas en pro de la mujer y hoy ¡lo lograron!
Lamentablemente no todo es triunfo. En Puebla aún hay una reforma importantísima por hacer y es la despenalización del aborto.
Aunque afortunadamente no hay mujeres en prisión por ello, el código penal castiga con hasta un año en la cárcel a quien interrumpa su embarazo.
La Corte ya dijo que son inconstitucionales las penas corporales por aborto.
Si no fue hoy, será otro día, pero sí o sí las mujeres podremos decidir sobre nuestros cuerpos”.