Todo parece ser miel sobre Morena en Puebla. La tan anunciada, por algunos, hecatombe por la supuesta operación de Estado y la unión de los antibarbosistas nunca llegó.
Hasta ahora solo hay dos impugnaciones sobre el proceso de afiliación y elección de consejeros. Una es la de un morenista fundador de la zona de Atlixco y otra de una funcionaria de Chignahuapan cercana al alcalde, Lorenzo Rivera.
Las cito para ejemplificar que no son para nada del “grupo opositor”, ni hay aún una andanada de impugnaciones contra el proceso o los consejeros.
Este día, según cuenta Rodolfo Ruiz, sucedió una reunión de consejeros electos con el gobernador Miguel Barbosa.
Yo solo pienso en que se cumple lo que el gobernador previó en la entrevista con medios del pasado viernes: que hay más consejeros y morenistas que están empezando a trabajar en pro de la unidad.
En los medios los hemos llamado barbosistas, pero no necesariamente. Hay en Morena una especie de reunión de grupos en torno a un solo proyecto, el de la sucesión gubernamental en el 2024.
No se trata solo de poner atención en quiénes están incluidos, sino en los que, preocupados por que los vean tomarse fotos con actores nacionales, no están.
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La sucesión del 2024 empieza a ponerse cada vez más interesante. Hasta ahora toda nuestra atención había estado en Morena, el partido más fuerte del estado y del país.
En el PRIAN hemos dado por sentado que Eduardo Rivera será el candidato, pero alguien más ha levantado ya la mano.
El polémico Javier Lozano Alarcón se ha destapado como aspirante a candidato de Acción Nacional y del PRI al gobierno de Puebla.
Su destape, anunciado en Ambas Manos ha causado revuelo en redes, y seguro que en Puebla a varios panistas dejará sin dormir.