Una presentación de la fuerza del barbosismo fue, a mi parecer, lo que sucedió en la larga jornada de este 13 de diciembre en Puebla. Durante la visita de Adán Augusto López al estado.
Veamos.
El viernes alrededor del mediodía, Adán Augusto López llegó al anexo de Casa Puebla para una reunión con el gobernador, Sergio Salomón y los afines a su administración, que son muchos y muy diversos.
Salomó Céspedes, listo como es, lo hizo entrar por el acceso principal para hacerlo pasar por las filas antes de llegar al presídium. Así pudo presentar a varios de los que ahí nos encontrábamos.
Adán Augusto saludó de mano a cada uno con los que se topó a su paso, señalados por Sergio Salomón con nombre y cargo.
Presidentes municipales, diputados locales, líderes empresariales, rectores de universidades, líderes sociales, operadores electorales y directores de medios de comunicación.
En su discurso, Sergio Salomón hizo patente la fuerza de la estructura del barbosismo.
Demostraron cuál es el grupo PREVALECIENTE.
Fue un “mire todo lo que manejamos”. Bueno, hasta el dirigente del PRI, Néstor Camarillo tomó el micrófono en algún momento para hablar de la “oposición responsable”.
Adán Augusto López se sintió cómodo en el encuentro y comenzó a hablar, sin tapujos de sus anécdotas con el exgobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta.
Aceptó que no tenían una buena relación y que en varios momentos estuvieron distanciados, pero lo suavizó con un “así era él”, que pronunció entre risas.
Uno de los momentos más interesantes de su discurso fue sobre lo que sucedió el 15 de diciembre, en las horas de la designación de Sergio Salomón como gobernador de Puebla.
Adán Augusto reconoció lo que algunos de los que estábamos presentes supimos. Le marcó a Sergio Salomón y él, todavía como presidente del Congreso, no le tomó la llamada.
Según yo, lo buscó para pedirle o sugerirle el nombramiento de Mier o alguno de sus allegados.
Todos abrimos los ojos en señal de sorpresa, pero después suavizó lo que había dicho para evitar que pareciera que Sergio Salomón había tenido un acto de rebeldía.
Dijo que le regresó la llamada, pero él ya no escuchó porque estaba dormido.
“Cuando desperté me di cuenta que ya era gobernador”.
Con este encuentro, Sergio Salomón demostró una vez más su capacidad de conciliador. Su fuerza como gobernador de Puebla, porque hay algo muy importante que dijo Adán Augusto, primero que se hará lo que el gobernador diga y segundo que vendrá en enero del 2024 para hablar con él de la elección.
Por cierto, Adán Augusto también conoció y reconoció a Julio Huerta…
Hablando precisamente de Julio Huerta, en el contexto de ese 13 de enero, no debe pasar por alto la celebración de cumpleaños al secretario de Gobernación.
Fue convocada a las 16 horas en el Salón El Retiro. Fueron los presidentes municipales quienes organizaron la comilona que tuvo la presencia de más de 170 alcaldes.
Los alcaldes hicieron fila para saludar al secretario, quien tardó casi dos horas en saludarlos a cada uno de mano, recibir sus presentes y sacarse la foto.
Si alguien en el Centro de Convenciones se preguntó en ese momento ¿dónde estaban los alcaldes? Ya lo saben: celebrando con “El Jefe Julio”, como lo llaman.
¿Un acuerdo peligroso?
Yo pensaba que los primos Mier, Alejandro Armenta y Nacho Mier habían hecho un acuerdo de cara al proceso electoral del 2024. Esto por su conjunta aparición en el foro de la Reforma Electoral organizado por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López en donde a ambos les levantó la mano.
Contender sin descalificaciones y, llegado el momento de la designación, sumarse a quien resulte ganador de la encuesta.
Dudé de un acuerdo tan peligroso a un año de la designación, porque hay tanto tiempo en el inter que podría romperse de la peor manera.
Uno que beneficiaría claramente al senador quien, por mucho, está arriba en conocimiento en contraste con Nacho Mier.
Mis dudas quedaron disipadas la mañana de este 15 de enero, pues en su rueda de prensa, Nacho Mier se esforzó en aclarar que él había organizado la gira
De Adán Augusto a Puebla y que él había invitado a Alejandro Armenta.
Es decir…
¿El evento del Centro de Convenciones no lo operaron los dos?
¡Ah pues qué magnánimo el diputado!