A finales de la semana pasada, varios periodistas advirtieron algo “inédito”, una manifestación el Poder Judicial que se llevaría a cabo este lunes 3 de abril. Hoy quedó evidenciado el verdadero tamaño de la “revuelta” en el Poder Judicial de Puebla.
Por supuesto que sonaba escandaloso y es que, hasta antes de la Reforma al Poder Judicial, los trabajadores se mantuvieron en silencio, en algunos casos fueron cómplices de lo que se cometía al interior del poder que, sabían, estaba fuera de la ley.
El caso es que todos esperábamos la manifestación histórica hoy a medio día y pues… no fue así.
La mayoría de los medios reportamos unos 100 trabajadores reunidos en la explanada, cifras más alegres hablan de 200, no más.
Esta cifra no resulta representativa, pues el Poder Judicial tiene 2 mil 593 trabajadores.
Esto no quiere decir que la solicitud sea ilegítima. La mayoría de ellos refieren que llevan 20 años sin aumento a su compensación, lo único que salta es por qué estuvieron tantos años callados.
Qué pasó durante todos estos años que nadie dijo nada.
Hay algo más que llamó la atención y que fue documentado por algunos compañeros periodistas en video.
Muchos de los quejosos gritaron “¡presidenta!”, en referencia a la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Margarita Gayosso.
Por cierto… la secretaria particular y la asistente de Gayosso iban vestidas de rojo con negro, el color de la manifestación.
Oigan… disimulen.
Otra vez la concesión del agua
El diputado federal, Nacho Mier y el senador, Alejandro Armenta usaron la bandera de la concesión a Agua de Puebla para ganar adeptos a sus proyectos.
¡Ya por favor!
No lo digo porque se trate de un tema menor, sino porque la desprivatización del agua ha sido estandarte de las campañas morenistas desde 2018 y nadie ha cumplido.
Es un tema popular, pues todos, incluida yo, sufrimos por la falta de este servicio de manera continua.
Sin embargo, al llegar al poder, los gobernantes se dan cuenta que no es tan sencillo. Primero por los términos de la concesión y segundo porque no es fácil asumir otra vez la distribución del agua potable.