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El PRI y el discurso de la violencia ácida

El PRI y el discurso de violencia ácida. En el 2019, el diputado priista Juan Antonio Vera Carrizal mandó a dos hombres a lanzarle una cubeta con ácido a María Elena Ríos, porque no pudo soportar que terminara su noviazgo con él.

Han pasado tres años desde el ataque con ácido, del que María Elena fue sobreviviente, y desde entonces el PRI ha sido un cómplice silencioso.

Juan Antonio Vera sigue siendo militante y el tricolor no ha presentado, ni a nivel nacional ni local una sola postura para apoyar a la víctima.

En Puebla el caso tuvo eco porque María Elena Ríos estudió en el Conservatorio y en el Instituto de Estudios Superiores, la licenciatura en Comunicación.

Tuit de Maria Elena pidiendo la captura de su agresor, el hijo del exdiputado priista

El tema de violencia ácida es sumamente delicado y sus víctimas no deben ser utilizadas nunca como bandera política. Menos si se desconoce del tema y, menos, si seguramente no podrán impulsar la sanción de 40 años de prisión que ellas proponen.

Este día el dirigente del PRI, diputado local y presidente de la Mesa Directiva, Néstor Camarillo “organizó” el Foro de Violencia Ácida. Esto luego de que durante las últimas dos semanas ha insistido, en entrevistas, que él fue el primero en presentar la reforma al Código Penal.

Y sí, el 2 de junio, Camarillo presentó la reforma en Asuntos Generales, sin consulta previa de las víctimas ni conocimiento de los tratados internacionales ni de las peticiones que hay a nivel nacional. Si de verdad hubiera tenido el suficiente conocimiento, no habría presentado esa reforma.

No la presumió hasta que se dio cuenta que era que podía capitalizarlo. Como sucedió con el foro de este día en el que un hombre se apodera del discurso feminista en un claro ejemplo de “mansplaining”.

Para no enredarlos más. La iniciativa de Néstor Camarillo modifica el Código Penal para imponer una pena de 7 a 13 años de prisión a quien ataque con ácido a una mujer. La pena aumentaría hasta dos terceras partes si el atacante tiene una relación sentimental o de parentesco con la víctima.

Solo se modifica el Código Penal.

La reforma de Aurora Sierra propone tipificar la violencia ácida, como un tipo de violencia contra la mujer. Después en el Código impone una pena de hasta 30 años de prisión.

En el foro, Camarillo va más allá.

Al diputado del PRI “se le quebró la voz” cuando dijo que era aliado de la causa. Se le quebró, frente a mujeres que sí han sufrido, que son víctimas y que, si están ahí, es porque quieren justicia para ellas y porque están comprometidas en evitar que más mujeres sufran estos ataques.

No solo eso, el dirigente del PRI dijo que no presentará una sola iniciativa hasta que la Ley de Violencia Ácida se apruebe.

Además, publicó en sus redes un video musicalizado de su discurso en el foro, en el que estrena el logo “Néstor Presidente” al final del video.

Una especie de huelga legislativa que nos saldrá muy cara si comparamos su sueldo contra su productividad. 

¿Está seguro que puede cumplirles a las víctimas? ¿O se dejó llevar por la emoción de los retuits que obtendrá por la reforma?

Las víctimas no van a aceptar la reforma que propone Camarillo. A nivel nacional y local piden 40 años y que su tipificación sea por tentativa de feminicidio.

¿Qué pasará cuando se den cuenta que la reforma no será aprobada en sus términos?

¿No sería mejor que si el PRI quiere erradicar la violencia empiece por garantizar que dentro de su partido no haya violentadores?

No es solo el caso de Juan Antonio Vera, Mario Marín con el caso Cacho y, muy recientemente, Javier López Zavala.

Congruencia.

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