El marinismo quedó apestado y se lo deben al caso Lydia Cacho que hoy, 18 años después, está más vivo que nunca.
Este día, Ambas Manos publica un reportaje sobre el encargado de la seguridad del diputado federal de Morena, Nacho Mier. Hablamos de Raymundo Clemente Romero quien fue jefe de escoltas del exgobernador Mario Marín y personal de confianza de Adolfo Karam.
Y es que, la periodista Lydia Cacho lo identifica como uno de los que atestiguaron su detención, aunque no aparece en las investigaciones. Recuerda haberlo visto junto a Juanito Naked mientras estuvo en la entonces Procuraduría General de Justicia antes de que se la llevaran al penal.
Así lo dijo este día en una entrevista para Ambas Manos.
Bien podría Mier y su equipo deslindar fácilmente su participación en el caso Cacho, pero hay antecedentes claros y comprobables sobre la reputación del escolta del diputado federal por Morena.
Primero que en 2015 fue cesado como ministerial, dado que reprobó las pruebas de confianza. También que en el 2014 estuvo vinculado al famoso y lamentable caso de la detención de Néstor López y Eduardo Salazar.
Según documentó en su momento el portal de noticias, Lado B, los jóvenes fueron detenidos por Raymundo Clemente y David Chirino, quienes entraron en contradicciones al declarar sobre el caso.
Al final se supo que a los dos les fabricaron delitos y estuvieron presos injustamente, los señalaron de haber amenazado en redes sociales con boicotear el desfile del 5 de mayo. Seguramente recuerdan ese famoso caso.
A pesar de su historial, Mier y su equipo tomaron la decisión de contratar a Raymundo Clemente como su jefe de seguridad.
Un hombre con historial marinista ¿pasable?, sin pruebas de confianza y con el antecedente de haber participado en la detención de dos jóvenes inocentes.
Aunque hay que decir que el diputado federal Nacho Mier no fue cercano, al menos públicamente a Mario Marín, es más, fueron personajes antagónicos durante la administración de Enrique Doger como alcalde.
Sin embargo, la tesis de la periodista Lydia Cacho y de su equipo jurídico es que Mario Marín y Adolfo Karam buscan jugar sus cargas con los morenistas que hoy ostentan el poder.
Por eso su escrupulosa búsqueda de vínculos y evidencia de ellos.
¿Qué quiere?
Evitar que un posible tráfico de influencias deje libre a los implicados en su caso, justo hoy que a través de amparos y artilugios legales buscan recuperar su libertad.
Si, como cree Lydia Cacho, sus presos buscan aliados en Morena la pregunta es ¿qué ofrecen?
¿Estructura?