El confesionario de los panistas sucedió este sábado. Estaban reunidos en privado con el gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes. Ahí soltaron todos sus secretos… casi todos.
El gobernador de Puebla se ha estado reuniendo en fin de semana con los perfiles más representativos de las fuerzas políticas del estado. Sus dirigentes, diputados locales, federales presidentes municipales…
Este sábado tocó el turno al PAN.
Ahí se desahogaron los blanquiazules. Hablaron abiertamente sobre lo que pasó el pasado 15 de diciembre cuando el Congreso de Puebla votó a Salomón Céspedes como gobernador del estado.
Señalaron presiones nacionales, Eduardo Alcántara aludió a los ofrecimientos, de los que habló ya en entrevista con Ambas Manos.
Platicaron sobre las “persecuciones” a sus afines, pero no hubo ni solicitaron un pacto de inmunidad. Más bien siguieron en la línea que quienes cometieron de verdad un delito o desfalco deben pagar.
Ahí estaba escuchando atento Jesús Zadívar, líder del PAN en la capital; el alcalde Eduardo Rivera, ella dirigente Augusta Díaz de Rivera; el secretario Marcos Castro.
Bueno, la foto es reveladora de la gran convocatoria que logró el PAN para el encuentro con el gobernador de Puebla.
Estuvo Rafael Micalco, el único que votó contra el nombramiento.
Hay algo muy importante que debemos poner en contexto, después de la votación del gobernador aquel 15 de diciembre, el líder nacional del partido, Marko Cortés llamó públicamente la atención de los legisladores.
Prácticamente amagó con iniciar una investigación en su contra para ver qué tipo de acuerdo habían hecho.
Sin embargo, la foto de la afluencia revela el respaldo del partido, la disposición para apoyar el trabajo del gobierno y hasta algunas cercanías con Salomón Céspedes, quien hace unos meses el líder de varios en el Congreso local.
Ya en un tono más institucional, los legisladores hablaron de gestiones para sus distritos. Los alcaldes, como Eduardo Rivera de la disposición de trabajar juntos en materia de seguridad.
Con esta reunión, a punto de cumplir dos meses en el gobierno, el mandatario estatal cierra casi todos los encuentros con los partidos, afines y “de oposición”.