Cuando a todos se suman, a pocos se controlan. Un error, escribí la semana pasada, debió cometer el equipo de Comunicación Social del diputado federal Ignacio Mier Velazco, que uno de sus integrantes difundió el 17 de mayo un comunicado de la defensa de Mario Marín y en contra de la periodista Lydia Cacho.
En marzo Noé Torres se integró al equipo de comunicación del legislador para su pre pre campaña a la gubernatura de Puebla.
Así lo dio a conocer en sus redes sociales, arrobó al legislador federal, se tomó foto con él y nadie lo desmintió.
Desde entonces, en sus redes personales, vimos la difusión de eventos del legislador. Hay que decir también que nunca envió algún comunicado, fotografía o información del morenista, solo los datos de su nombramiento en marzo y nada más.
El 17 de mayo hizo llegar a reporteros y directores el desafortunado comunicado de los abogados del exgobernador de Puebla. Así lo denunció el director de Artículo 19, Leopoldo Maldonado en medios nacionales de comunicación.
Por supuesto, la periodista Lydia Cacho no dejó de reclamar públicamente —y lo ha seguido haciendo— al legislador por lo que ella considera es una clara intervención en apoyo del exgobernador priista.
Los periodistas en Puebla sabemos que si alguien fue antagónico del marinismo en su momento es el hoy legislador de Morena, Ignacio Mier. Con Enrique Doger como presidente municipal, libraron una batalla encarnecida contra el marinismo.
Lo que sucedió es que Noé Torres trabajó en su momento con Valentín Meneses, quien era director de Comunicación Social justo en el escándalo de Marín-Cacho.
Por ello es perfectamente creíble que ni Nacho Mier ni su equipo cercano dio la orden para que se difundiera aquel comunicado.
Ahora, hay otro tema. Mier se ha dedicado estos días, y lo hizo esta mañana en su rueda de prensa, a desconocer a Noé Torres como parte de su equipo y por ello haría yo dos anotaciones.
Primero que ha sido tanta su ansia de sumar a quien se encuentre en el camino, que no ha tenido cuidado de si esos perfiles podrían perjudicarlo en algún momento. No me refiero a Torres, sino a muchos más que sí tienen un pasado oscuro, no solo el de haber sido jefe de prensa durante el marinismo.
Segundo, y el más alarmante, es que entre los que se han sumado a Mier el mensaje es “si te equivocas me deslindo”.
Temen no tener el respaldo del legislador si algo pasa, porque, como vieron en este caso, y en otros que no tiene sentido citar, su pellejo será siempre el más importante.