El cazo de carnitas
Este día la viuda del exgobernador Miguel Barbosa, Rosario Orozco dio un fuerte y conmovedor discurso en su despedida del DIF estatal.
Dos temas resaltaría yo del discurso que escuchamos cientos en el Centro Expositor, donde tomó protesta Gabriela Padilla, como presidenta honoraria del Sistema.
Primero el de la reconciliación. Así lo llamó doña “Charito”, haciendo clara alusión a quienes creen que con la muerte de Barbosa Huerta terminan también los procesos que él inició.
Y es que recordemos que durante la administración barbosista más de 30 políticos, empresarios, funcionarios y exfuncionarios públicos fueron detenidos por distintos actos de corrupción.
Lo expuso ampliamente, pero se puede resumir en una frase: “La reconciliación en Puebla también merece justicia”.
En el segundo discurso público que pronuncia, el primero fue durante el funeral de su esposo, “Charito” dijo que castigar a quienes cometieron un delito es el único camino para la reconciliación del estado. Una reconciliación con el pueblo, aclaró.
El que haya cometido un delito sea quien sea debe pagar, porque si no, no habrá reconciliación con el estado. Habrá como siempre el solapamiento a ciertos grupos a cierta gente, eso no se debe dar en Puebla”.
El segundo mensaje estuvo cifrado solo para los más cercanos al exgobernador de Puebla. Los que en alguna reunión o comida lo escucharon hablar del “cazo de carnitas”. Una metáfora que el mandatario estatal usaba para describir a la clase política.
La viuda dijo que seguramente muchos pensaron que “nos vamos a reconciliar todos”, en referencia a la clase política que se autoexilió de Puebla con la llegada del barbosismo y que ha empezado a asomar la cabeza.
Dijo:
Tal vez dijeron ‘ah nos vamos a reconciliar, nos vamos a montar todos’, no, es como el cazo de las carnitas platicado por mi esposo con la gente cercana. En ese cazo de las carnitas mi esposo y mi familia jamás participaríamos en ello. Los que estaban en esa mesa saben a qué me refiero. La reconciliación la buscó él con el pueblo, nunca a favor de intereses oscuros, intereses personales”.
Barbosa usaba la metáfora del cazo de carnitas como un lugar en donde estaban todos los políticos poblanos y la sociedad de alcurnia. Se revuelve en el cazo la trompa con las manitas, los cueritos, las vísceras, y al final todos son lo mismo. Se acomodan a su conveniencia cada vez que la cuchara se mueve.
El que entendió, entendió.
Aunque algunos evidentemente no pusieron atención al mensaje, hicieron fila, se sacaron la foto y hasta subieron en sus redes que “esperan que ahora sí haya una política incluyente más justa”…
En fin.