Vaya que la paridad de género obligada en la ley para las candidaturas a cargos de elección popular en México está dando frutos. La necesidad de postular mujeres obliga a los partidos a formar cargos y algo está pasando en el país, pues al parecer muchas irán del DIF a la representación popular.
Es un discurso difícil de enunciar porque, cuando las mujeres que se postulan, son esposas o hijas de un político de renombre, se anulan sus capacidades y se antepone el nombre de su “padrino”.
Hoy creo que será necesario quitarse ese estigma, ese discurso machista con el que hemos sido educados.
Será necesario dar esa oportunidad a todas las mujeres que quieran contender en el próximo proceso. Quitarnos esa idea de la cabeza de que lo hacen porque “un hombre las impulsa o las quiere manejar”.
Y es que está sucediendo un fenómeno importante. Las mujeres de varios estados que encabezan los sistemas de asistencia social DIF, han decidido que congenian con la política y con la atención a la gente y empiezan a apuntalarse con miras a la elección.
Lo vemos por ejemplo en Tlaxcala, con María Fernanda Espinosa de los Monteros, quien está al frente del DIF.
Esta mujer, sin duda buscará un cargo el próximo año, dicen que contendrá por una diputación federal.
Lamentablemente ya han comenzado a atacarla por ser “la hija de” Lorena Cuellar, la gobernadora. Anulando así su capacidad personal y su capital político.
En Durango también la presidenta del DIF, Marisol Rosso ha estado muy activa no solo en las acciones propias de la asistencia pública, sino en la política estatal.
Se espera que, en el 2024, Rosso también busque un espacio en la Cámara de Diputados.
Ivette Morán ha sido otra que ha logrado aumentar su capital político, ella en Oaxaca cuando fue titular del DIF con Alejandro Murat. Lamentablemente la prensa machista la comparó con La Gaviota, como si se tratara de una figura de ornato.
En Puebla tenemos a Gaby Bonilla, quien recientemente asumió el cargo al frente del DIF pues el gobierno de Sergio Salomón Céspedes, como sustituto, empezó el pasado 15 de diciembre.
Aún no sabemos si está interesada en la política, pero en muy pocos meses logró la distinción como la mejor presidenta del DIF del país.
El objetivo en esta columna es enunciar que seguramente en todo el país habrá presidentas del DIF que quieran ser candidatas. Anticipando que no deben ser calificadas por sus esposos ni criticadas por “el uso del cargo como trampolín político”, porque durante años muchos hombres han pasado de la función pública a la representación popular, porque así es este camino y debe ser igual para hombres y mujeres.