El nuevo campus de la Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), llamado CU2, cuya primera etapa será inaugurada en el 2024, antes que termine el gobierno salomónico, será una de las meta obras, sino es que la más importante, de esta corta, pero más que fructífera administración.
Y lo digo, no solo por la importancia del proyecto que aumentará la matrícula universitaria, sino por la historia detrás de este proyecto.
Para escribir esta columna voy a citar una investigación publicada hace dos años por el periódico El Ciudadano. Lleva por título “El fraude que esconde el Ecocampus Valsequillo de la BUAP: los muertos en el clóset de Enrique Agüera”.
Y es que debemos recordar que fue en enero del 2012 cuando el entonces rector Enrique Agüera, junto con el exgobernador Rafael Moreno Valle, pusieron la primera piedra de la “Ciudad de la Ciencia y el Conocimiento de la BUAP”. Este proyecto contemplaba la construcción del Campus Valsequillo y el Parque Tecnológico “Tecnópolis”.
Para la primera etapa, documenta este medio, se ejercieron más de 200 millones de pesos, el área fue de 56 hectáreas.
Para cuando Alfonso Esparza llegó a la rectoría, no se había ejercido en realidad un solo peso: “seguían los conflictos de ejidatarios en la zona”.
En ese entonces el director de Infraestructura, Jorge Rodríguez y Morgado declaró:
Éramos objeto de tiraderos de escombros y de animales muertos, vacas y becerros, además había invasiones y empresas lotificando”.
El problema era enorme y parte de la solución la tuvo que asumir Alfonso Esparza.
Ya con Esparza al frente el Consejo Universitario aprobó la edificación de un centro recreativo en la zona de Valsequillo. La primera fase prometía un jardín botánico, mirador, oasis, laberinto lúdico. También una zona de rapeo fuentes de agua, dos puñetes peatonales, una ciclovía de montaña, otra de sedenterismo y un serpentario.
Para entonces ya habían algunos edificios, que hoy prevalecen en la zona. Esparza, por su puesto, ocultó el desfalco cometido por Agüera en esta obra que fue su “elefante blanco”.
En el 2017 se inauguró entonces el Eco Campus Valsequillo de la BUAP, donde ahora será el CU2. Apenas el pasado 27 de abril, la rectora Lilia Cedillo reactivó el espacio con la firma de un convenio, a seis años de que empezara a operar.
Este 25 de mayo la BUAP y el gobierno de Sergio Salomón Céspedes han dado una gran noticia. Por fin estas más de 150 hectáreas serán ocupadas para la construcción de una nueva Ciudad Universitaria.
Para el 2024 se espera que reciba a la primera generación de 5 mil estudiantes. La primera etapa contemplará siete edificios, un Eco Parque de uso común, y zonas recreativas. El costo será de mil 500 millones de pesos, mitad pagará la BUAP y mitad el gobierno del estado.
La tercera, estoy segura, será la vencida. ¡Por fin!