El diputado federal del PRI, Javier Casique Zárate, se convirtió este miércoles en una especie de “brazo” o interlocutor del gobierno federal. Lo hizo previo a la discusión en el Senado de la propuesta de reforma constitucional para que el ejército esté en las calles hasta 2028.
Básicamente concentró sus esfuerzos en dos senadoras poblanas. Nadia Navarro Acevedo y Nancy de la Sierra Aramburo. La primera del grupo del PAN y la segunda, representante del Grupo Plural, es decir, sin partido político.
Casique hizo gala de sus recursos de operador político, como hizo durante su paso en la BUAP y el Ayuntamiento de Puebla con Enrique Doger. La misión era más que “convencer” a votar a favor de la reforma militar.
Como personaje cercano a Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, le fue encomendado esta tarea que impulsa su partido político y el gobierno federal de Morena.
Presionar, convencer, pactar u ofrecer algún beneficio a cambio de votar a favor de la iniciativa que permita al ejército estar en las calles hasta 2028. Es decir, cuatro años más del actual mandato de Andrés Manuel López Obrador.
De esta manera Javier Casique Zárate se convirtió en uno más del bloque oficial (Morena-gobierno federal).
Lo hizo en apoyo a su líder nacional, Alejandro Moreno, mejor conocido como Alito.
Es uno de sus hombres de confianza.
Así ha quedado demostrado.
Y como ejemplo está el audio escándalo revelado en junio pasado por la gobernadora de Campeche, Layda Sansores. Presuntamente Alejandro Moreno promete a un particular contratos estatales para la venta de despensas y medicamentos con la coordinación de Casique Zárate.
Así que nuevamente estuvo operando una nueva encomienda de su jefe.
Aunque maniobrara a favor del gobierno federal emanado de Morena, con el cual supuestamente el PRI no había afinidad ideológica ni de conducir los destinos del país.
Versiones de la Cámara Alta revelaron que al bloque Morena-PT-PVEM les faltaban 8 votos para lograr la mayoría calificada.
Por eso, Javier Casique fue elegido para tratar de convencer a Nadia Navarro y Nancy de la Sierra.
Según se dice, Nancy de la Sierra desde luego mantuvo su postura de rechazo a la reforma constitucional pese a los “beneficios” que podría obtener.
Con Nadia Navarro, cuentan que hubo cierto interés de replantear su postura y votar a favor. A cambio, supuestamente pidió fuera solucionado “un tema” de su papá, Carlos Navarro, diputado local y líder local del partido Pacto Social de Integración (PSI).
La panista fue una de los senadores que intervinieron en tribuna en la sesión ordinaria de ayer. Pidió la “moción suspensiva al dictamen que reforma el párrafo primero y adiciona los párrafos tercero y cuarto al artículo Quinto Transitorio del Decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Constitución, en materia de Guardia Nacional”.
Al final, la propuesta para extender hasta 2028 la presencia del ejército en las calles no fue votada ni a favor ni en contra en el Senado. Fue retirada para su nuevo análisis en comisiones de trabajo.
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@Marcomironc