Su nombramiento de cierto modo fue de rebote pero llegó con el respaldo y consenso del “ala” dura del panismo poblano, para encausar el proyecto de unidad y de liderazgo entre la militancia con miras a la elección del 2024.
A siete meses de su llegada los resultados no son los esperados.
Por el contrario, se ha convertido en cierta forma en un “dique” para destrabar temas espinosos como el que diputados panistas no fueran en bloque a favor de votar por el cobro del Derecho al Alumbrado Público (DAP) en beneficio de los Ayuntamientos de Puebla, así como de San Pedro y San Andrés Cholula.
Poco a poco en tan solo siete meses ha perdido protagonismo y desde ahora, empiezan las dudas que pueda mantenerse en el cargo hasta el 2024.
De ahí que se le empiece a conocer como el “fantasma”.
¿Quién es el personaje?
Augusta Valentina Díaz de Rivera, presidenta del Comité Directivo Estatal (CDE) del PAN.
Aunque no fue la carta inicial en ser la candidata al cargo por un dictamen de la dirigencia nacional, tuvo el respaldo de la mayor parte del panismo encabezado por el edil Eduardo Rivera Pérez.
Pero sus posturas radicales, falta de apertura al diálogo con los grupos y además, dejarse llevar por los consejos del coordinador de los legisladores locales de su partido, Eduardo Alcántara, con quien comparte una larga historia laboral, han generado que se vaya relegando poco a poco de sus responsabilidades.
Ahí es donde entra entonces el titular de la Secretaría General del CDE, Marcos Castro, quien sí fue la primera opción para asumir el liderazgo panista en Puebla.
En la práctica ya lo está haciendo.
Tiene el respaldo de su jefe Eduardo Rivera, quien lo considera un personaje de toda su confianza de su proyecto político.
Por eso, emprende encuentros con líderes y militantes de Acción Nacional a lo largo del estado sin que nadie se lo impida.
Como prueba está la reunión reciente llamada “Renovación y Conciliación (RECOPAN) con liderazgos del municipio de Tehuacán”.
En otras palabras, la responsabilidad de la operación política para las elecciones internas del PAN ha sido conferida al Secretario General, Marcos Castro. No es poco lo que está en juego: son los Comités Directivos Municipales, el Consejo Estatal y el Consejo Nacional que se renovarán en los próximos meses.
El cambio en estos órganos implica construir acuerdos con los actores políticos azules tanto de la capital como del interior del estado. Díaz de Rivera está en un segundo plano de esta que tendría que ser su principal responsabilidad e hipotéticamente, uno de los más grandes logros de la dirigencia.
El ala dura de Acción Nacional ve con preocupación el trabajo de la dirigente estatal.
Augusta Valentina Díaz de Rivera tendrá que dar un cambio radical en su postura.
Por ahora, ha sido testimonial su desempeño y en está en riesgo de perder la gran oportunidad de demostrar algo de capacidad política.
Aún está a tiempo y concentrarse al 100 por ciento sin que sea una “fantasma” en la dirigencia estatal tal como ha sido en los últimos siete meses desde que asumió el cargo en diciembre de 2021.
¿Logrará cambiar de postura?
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