El grupo encabezado por la diputada federal, Genoveva Huerta Villegas, está casi extinto a menos de un año tras perder la elección para encabezar la dirigencia estatal del PAN.
Los panistas que la apoyaban, legisladores federales, locales, así como dirigentes municipales, consejeros y líderes del blanquiazul, ya cambiaron de bando.
Un día tienes aliados mientras estás en el poder y al otro día, pocos siguen de tu lado.
Así el caso de Genoveva Huerta.
Y aplica la frase de Mario Vargas Llosa, escritor peruano y Premio Nobel de Literatura, “la política saca a flote lo peor del ser humano”.
La estructura montada por el morenovallismo está en proceso de desaparecer. Menos de un año le ha tomado al Yunque recuperar lo perdido en 2011 cuando Rafael Moreno Valle ganó la gubernatura del estado.
La diputada federal ha visto cómo sus aliados e incondicionales poco a poco la van dejando sola.
La prueba está en la renovación de los Comités Municipales y la elección de consejeros.
El grupo de Genoveva Huerta podría ganar alrededor de 10 de más de 60 comités en disputa.
Tal es el caso de San Pedro Cholula, San Martín Texmelucan, Coronango, Ajalpan, Hueytamalco, Pantepec, entre otros.
Se esfuma el poderío del morenovallismo que llegó a avasallar en su momento.
La vieja guardia del Yunque está al mando sin dar la oportunidad de soltar alguna posición.
Así lo manifestó recientemente al cancelar la inscripción de Guadalupe Leal para competir por la dirigencia municipal –al ex morenovallista- Jesús Zaldívar.
La diputada federal y su aliado, Eduardo Alcántara, están perdiendo la oportunidad de competir en el 2024. Ya sea por la candidatura a la alcaldía de Puebla o diputaciones locales.
Los incondicionales de Genoveva Huerta saben que el futuro político no está con ella.
Ahí están personajes como los legisladores Carolina Boudegar, Mario Riestra –ya lo había hecho con anticipación- o el regidor Fernando Sarur, entre otros.
En el interior del estado, existe simpatía con la Huerta Villegas, pero también se ha tomado partido a favor de la actual dirigencia a cargo de Augusta Díaz de Rivera.
Si quieren alguna posibilidad de figurar en el 2024, deben estar con quien tiene el mando del PAN. Y la mano la tiene el Yunque.
Sin duda el panorama para el binomio Huerta-Alcántara no luce alentador.
En el caso del congreso local, ambos también están perdiendo la influencia que tienen sobre la mayor parte de los nueve diputados.
Cuentan que el legislador Oswaldo Jiménez realiza el papel de crear “puentes” de comunicación con el resto de sus compañeros. El objetivo, es que sumen –por no decir alinearse- a los trabajos de quienes están al frente de Acción Nacional.
Incluso el más rebelde del grupo, Rafael Micalco, está en vías de sumarse a la nueva realidad panista.
Así están las cosas al interior del PAN.
Del lado de los ediles, no hay mucho que decir.
Los alcaldes emanados del blanquiazul saben lo que les conviene si quieren mirar al 2024.
Podría ser un caso especial el caso de San Pedro Cholula donde existe demasiada afinidad de la alcaldesa Paola Angón con el binomio Huerta-Alcántara. Sin embargo, la presidenta municipal tiene primero que preocuparse por solucionar el problema interno que tiene en el ayuntamiento.
Paola Angón se está convirtiendo en una de las mayores decepciones de las designaciones hechas por el PAN en los comicios pasados del 2021.
No puede salir del hoyo donde está y está en riesgo que no termine su mandato. La mala imagen mostrada hasta el momento, puede cobrar factura al PAN y perder San Pedro Cholula en 2024.
Por lo mientras el PAN parece recuperar su esencia que tenía antes del 2011.
¿Será?
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@Marcomironc