Este lunes, llegaron a Ajalpan los cuerpos de los tres peregrinos fallecidos en un accidente sobre la autopista México-Puebla.
Yo siento que no hay culpables, pero es muy desagradable lo que pasó. Nadie pensó que pasaría esto”, dice la familia de Tomás Feliciano Quixtiano.
Tomás Feliciano Quixtiano, de 50 años de edad; Flavio Vicario Tegchi, de 48 años y Juan Romero Rodríguez, de 47 años, llegaron a casa la mañana de este 6 de febrero. Sus familiares los esperaban, llenos de tristeza, para darles el último adiós.
Los peregrinos salieron de Ajalpan la madrugada del domingo rumbo a la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México con mucha devoción. El autobús en el que viajaban volcó a la altura del Estado de México y estos tres hombres no pudieron llegar. Al contrario, retornaron a casa muertos.
El señor Tomás Feliciano tenía 50 años de edad y se dedicaba a la albañilería. Él viajaba con su hijo, su esposa y su nieto, un niño de 3 años de edad al que le amputaron una pierna.
El cuerpo lo recibieron sus hermanas. Su hijo sigue en la Ciudad de México, cuidando a su madre y al menor; sin embargo, requieren de ayuda económica para adquirir un soporte que la esposa de don Tomás necesita por la fractura que presentó.
Flavio Vicario Tegchi tenía de 48 años y fue uno de los principales fundadores de Jufra San Juan Bautista Ajalpan. Viajó en compañía de su familia, pero ellos iban en otro autobús.
Juan Romero Rodríguez, de 47 años, trabajaba en una maquiladora y salió de Ajalpan con su hijo. A su madre, una señora de la tercera edad, le informaron que su nieto está bien, pero su hijo perdió la vida.
La Secretaría de Gobernación (Segob) de Puebla informó el domingo que el número heridos subió a 56. Cinco están graves y fueron trasladados al Hospital Polanco en Ixtapaluca para su atención y valoración.
A otros seis heridos los llevaron al Hospital Magdalena de las Salinas en la Ciudad de México, donde se les atendió por las múltiples heridas que sufrieron.
Hay otras 17 personas que decidieron no recibir atención médica, pues solamente presentaban algunos golpes y raspones.
Las causas del accidente aún no están claras. Las víctimas relatan que únicamente el chofer les gritó que se agarraran y enseguida volcó el autobús.