Ellas son las mujeres víctimas de feminicidio e intento de feminicidio en Puebla, solo durante enero y febrero.
María Eugenia Ocampo Martínez: Desaparecí a finales de 2022 en San Andrés Cholula. La última vez que me comuniqué con mi familia les dije iba rumbo a Morelos para reunirnos en Navidad. Nunca llegué. Vicente, el albañil que contraté en mi casa, me mató. Mi cuerpo fue localizado el 3 de enero en La Malinche, Tlaxcala. Estaba semidesnuda y con los ojos vendados. Tenía 43 años, una licenciatura, una maestría en Psicoterapia.
Desconocida: Fui enviada a la morgue en calidad de desconocida, mi cuerpo no fue identificado. Los reportes policiales dijeron que tenía aproximadamente 35 años de edad. Me asesinaron a balazos y luego tiraron mi cuerpo en un camino de terracería que conduce al relleno sanitario, en San Martín Texmelucan.
María del Socorro Hernández Onofre: Mi familia prometió frente a mi ataúd que nada le faltará a mi hija. Tenía 24 años y desaparecí el 30 de diciembre, después de salir de mi casa en Santa María Xonacatepec. El 9 de enero me encontraron muerta en Tecamachalco. Tenía las manos atadas y mi cuerpo ya estaba putrefacto. Me identificaron gracias a mis tatuajes.
Jaizkibel Sarmiento: Gracias a mi hijo de seis años estoy viva. El 19 de enero mi pareja, Irving intentó matarme. Siempre fue un hombre violento y manipulador, pero ese día se molestó porque no le di unas llaves, entonces intentó asfixiarme. Mi hijo pidió ayuda a una vecina y solo así me soltó. Llegó la policía, pero no se lo llevaron detenido.
Identidad reservada: Tengo miedo y prefiero ocultar mi nombre. Mi ex pareja sentimental ya intentó matarme dos veces. La noche del 22 de enero casi lo logra: prendió fuego a mi casa en Ciudad Serdán. Los vecinos corrieron con cubetas de agua y me rescataron.
Abuelita de 70 años: Muchos no conocen mi nombre, pero el de mi feminicida sí, se llama Isaí y tiene 25 años. Yo estaba cuidando a mis bisnietos en mi casa en San Andrés Azumiatla cuando su padre, la expareja de mi nieta, llegó drogado. Discutimos, luego él tomó un machete y me mató. Trató de escaparse, amenazó con lastimar a uno de mis bisnietos. Lo detuvieron.
Ana María Figueroa: Tenía 65 años y el 1 de febrero encontraron mi cuerpo lleno de golpes, lo arrojaron en un campo de cultivo entre Santa María Xonacatepec y San Miguel Espejo. Padecía de mis facultades mentales y llevaba una semana desaparecida. No fui víctima de un asalto porque las autoridades encontraron todas mis cosas. Me mataron.
Rosa María Hernández Reyes: Desaparecí el 5 de febrero. Tenía 30 años. La Fiscalía inició una investigación y mi fotografía se difundió en redes sociales, pero el 11 de febrero me localizaron sin vida en un terreno del municipio de Guadalupe Victoria. Autoridades señalan que mi pareja sentimental es el responsable.
Tania y Jenifer: Éramos amigas. Vivíamos en Ciudad Serdán y acudimos a un baile que organizaron en el municipio de Esperanza. La mañana del 12 de febrero encontraron nuestros cuerpos sobre un camino de terracería en los límites de Esperanza y Atzitzintla. Las dos teníamos signos de violencia e impactos de bala. Remedios, hermana de Tania, estuvo desaparecida durante varias horas, pero más tarde la encontraron con vida.
María Angélica Hernández Díaz: Tenía 22 años y me vieron por última vez el 9 de febrero al salir de mi trabajo, en el Centro de Libres. Unos hombres me levantaron y mataron junto a otras cuatro personas que, dijeron las autoridades, tenían nexos criminales. Nuestros cuerpos los encontraron el 13 de febrero sobre la carretera que va de Libres a Altzayanca, Tlaxcala.
Melania Valdivia Durán: El 17 de febrero, después de ganarle el juicio de pensión alimenticia, el padre de dos de mis tres hijos, Óscar me citó supuestamente para hablar, pero en realidad me envenenó. Horas después me declararon muerta en la clínica del IMSS de Chietla. Él entregó mi celular a uno de mis hijos y luego huyó.
Diana: Soy estudiante de Medicina de la BUAP y mi estado de salud es grave. Tengo 19 años y el 22 de febrero mi expareja me apuñaló varias veces afuera de mi casa en Tehuacán. Mi tío me defendió, pero también lo agredieron. El secretario de Gobernación dijo que el responsable y su cómplice ya están detenidos. El móvil del ataque fue que no quería continuar con la relación.
Yolanda: Trabajaba en la Ciudad de México y cada 15 días iba a visitar a mi madre a Zacatlán. El 26 de febrero un ciclista me encontró cerca de la central de autobuses de ese Pueblo Mágico muerta, con signos de violencia y huellas de abuso sexual.
Desconocida: Los reportes dicen que tengo entre 17 y 19 años de edad. Aún no puedo decir qué me pasó porque también estoy luchando por sobrevivir. La mañana del 26 de febrero me encontraron deambulando en Santo Tomás Hueyotlipan antes de quedar inconsciente. Me hirieron en el cuello con una navaja. Perdí mucha sangre, no puedo hablar.