El pasado fin de semana ocurrió un feminicidio en el estado de Puebla. Dámaso N. mató a Vanessa, niña de 13 años de edad, y dejó herida de gravedad a Gudelia, la mamá de la menor. La mamá de Vanessa era su expareja sentimental.
De acuerdo con los reportes, la agresión en contra de las mujeres ocurrió la noche del sábado 20 de mayo en el municipio de Totoltepec de Guerrero, localizado en la parte sur del estado. Gudelia refirió a las autoridades que sostenía una relación sentimental con Dámaso N., pero hace 15 días, aproximadamente, terminaron.
Esa noche, Dámaso N. se comunicó con ellas y les pidió que lo acompañaran a cargar gasolina. Cuando iban sobre la carretera que va de Ixcaquixtla a Totoltepec, en un lugar poco poblado y oscuro, sacó un arma de fuego y les disparó.
El agresor, quien se desempeña como taxista y las dos víctimas son originarias del municipio de San Jerónimo Xayacatlán que colinda precisamente con Totoltepec de Guerrero, Xayacatlán de Bravo y Acatlán de Osorio.
Dámaso N. huyó del lugar. Luego, pobladores que pasaron por la zona se percataron de que había una mujer herida, por lo que solicitaron apoyo de las autoridades.
Cuando los paramédicos y policías arribaron al lugar, informaron que Vanessa ya no tenía signos vitales. Su madre, de 40 años, recibió un disparo en el pecho y otro en la espalda, pero aún está con vida así que fue trasladada a un hospital. Sin embargo, su estado de salud se reporta delicado.
Dámaso mató a su hijastra, una niña de 13 años; ofrecen recompensa
El agresor está plenamente identificado, Dámaso N. de 42 años de edad. Familiares de las víctimas difundieron su fotografía en redes sociales y ofrecen una recompensa de 50 mil pesos para dar con su paradero.
Al parecer, tiene familia en Estados Unidos “pero no creo que aparezca por estos rumbos porque ya nos enteramos que aquí también salió huyendo de las autoridades”, escribieron en una publicación.
La familia exige justicia para Vanessa: “no solo asesinaste a una niña inocente, sino que también asesinaste sus sueños, metas e ilusiones. No solo provocaste que un corazón dejara de latir, sino que dejaste a muchos corazones latiendo, pero sin vida. Le pido a Dios que ni tú ni tu familia sientan este dolor y sufrimiento”.