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En San Bartolo se respira miedo: es guarida de delincuentes y vecinos casi linchan a 5

Edificio en San Bartolo, donde presuntamente es guarida de delincuentes

Edificio en San Bartolo, donde presuntamente es guarida de delincuentes

La Unidad Habitacional de San Bartolo, localizada al sur de la ciudad de Puebla, se ha convertido en una guarida de delincuentes. Se refugian en diferentes departamentos para planear sus actos delictivos o consumir sustancias prohibidas. 

Vecinos han detectado al menos tres viviendas donde grupos de entre cinco y seis sujetos sospechosos llegan a altas horas de la noche. Los habitantes las llaman “casas de seguridad” o guaridas de delincuentes.

A pesar de conocer con exactitud dónde se ubican, prefieren callar ante el temor de que los hampones tomen represalias. Sin embargo, en los corredores se respira el miedo. 

Intentan linchar a 5 presuntos delincuentes

La noche del martes 13 de septiembre cinco sujetos fueron señalados de haber asaltado a una madre y a su hija en el puente peatonal que cruza el Periférico Ecológico a la altura de Periplaza.

Un grupo de personas se armó de valor y se dirigió al edificio E-47 que ya estaba plenamente identificado. “Aquí se esconden”, gritaron algunos testigos; minutos después arremetieron contra la vivienda.

Las alarmas comenzaron a sonar y unas 100 personas, aproximadamente, se reunieron en el sitio. Comenzaron a romper ventanas y a forzar la puerta del departamento que se ubicaba en la planta baja. Amenazaban con lincharlos.

La policía tuvo que intervenir. Un fuerte dispositivo de seguridad se desplegó hacia el sitio, las patrullas se colocaron sobre la lateral del Periférico Ecológico y de inmediato implementaron el protocolo para evitar que la turba enardecida linchara a los sujetos.

Los policías lograron rescatar a los presuntos hampones y los pusieron a disposición del Ministerio Público.

Lo que sucedió la noche del martes 13 de septiembre es a penas la punta del iceberg.

“Y a nosotros, ¿quién nos rescata?”

Y a nosotros, ¿quién nos rescata?”, fue la pregunta que algunos colonos se hicieron tras el arribo de la fuerza pública. 

Un día después, el miércoles 14 de septiembre, durante un recorrido por la zona, los vecinos advirtieron del riesgo que se corre por el lugar. “Tengan cuidado, ahí está muy peligro”, fueron las palabras de una vecina que caminaba a toda prisa rumbo a la escuela donde llevaría a su hijo.

Inmediatamente el dueño de una tienda de abarrotes se asomó por una pequeña ventana, su negocio estaba completamente blindado con rejas y estructuras de acero.

Al ser cuestionado de lo hechos que sucedieron la noche del martes solo se limitó en decir: “fue por allá” y cerró la reja.

Al llegar a la zona de conflicto se lograba ver los cristales rotos y al interior solo un sillón, algunas colchonetas y varios objetos revueltos, lo indispensable para vivir. Las luces permanecían prendidas, pero muy pocos se atrevían a mirar en su interior.

Una mujer, que es guardia de seguridad privada, se acercó y comentó: “ya van tres veces que les colocan sellos ahí, pero vuelven a abrir la casa”, inmediatamente se retiró.

Algunos vecinos aseguran que en los alrededores hay otras dos “casas de seguridad” donde venden droga, se esconden rateros, montachoques y sujetos muy peligros que los tienen atemorizados.

Así son los corredores de la Unidad Habitacional San Bartolo, por donde los vecinos caminan con el miedo de ser la próxima víctima. 

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