La justicia tarda, pero llega. Tras más de seis años de lucha, Andrea Lezama Bonilla, víctima de violencia vicaria en Puebla, obtuvo la guardia y custodia definitiva de su hijo menor de edad.
Al menor identificado con las siglas H.M.S.L. se lo llevó su padre cuando apenas tenía 1 año y 10 meses de nacido. Todo porque Andrea decidió separarse de él.
Ricardo N. trasladó al menor a Baja California Sur y desde entonces Andrea perdió todo tipo de comunicación él. No sabía si iba a la escuela, si comía y en qué condiciones vivía. A las manifestaciones llegaba con un retrato hablado de su hijo, así se lo imaginaba ella.
Andrea se convirtió en la vicepresidenta de la colectiva CAM-CAI (Colectiva de Amorosas Madres Contra la Violencia Vicaria). Así en octubre de 2022 logró un hecho histórico. Vincularon a proceso a su agresor por violencia vicaria.
Se trató de la primera vinculación a proceso a nivel nacional por este tipo de violencia. Aunque, anteriormente no era reconocida, siempre ha existido.
Andrea pudo reencontrarse con su hijo, pero la Agente del Ministerio Público quería que le otorgara el perdón a su expareja.
Ricardo N. está en prisión preventiva y aunque buscó a suspensión condicional del proceso, el juez le negó la solicitud.
Hoy, Madres Exigiendo Justicia contra la Violencia Vicaria anunció que a Andrea Lezama le otorgaron la guardia y custodia definitiva de su hijo. En la resolución se lee lo siguiente “Andrea Lezama Bonilla probó su acción, mientras que la parte demandada no compareció a juicio”.
En el comunicado, agradecieron a la magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Margarita Gayosso Ponce y a la jueza María Rosalba Pantoja Vázquez “por su labor en beneficio del interés superior del menor, protección a las infancias y por juzgar con perspectiva de género”.