Entre aplausos, esta tarde familiares, amigos y vecinos de San Juan Tezongo, Teziutlán le dieron el último adiós a Sergio Murrieta, el peregrino que murió atropellado en la carretera México-Tlaxcala.
Alrededor de las 13:30 horas el féretro junto con su cuerpo fue llevado a la iglesia de la comunidad para brindarle una misa, la última en su honor.
Luego, entre porras y aplausos, pero al mismo tiempo llantos fue trasladado al panteón, donde finalmente fue sepultado.
Integrantes de la Antorcha Guadalupana que lo acompañaron señalaron que Sergio era un hombre muy devoto a la Virgen de Guadalupe.
Dijeron que duele su partida porque nunca se metía con nadie y era muy entregado a la iglesia.
Sin embargo, la mañana del pasado miércoles 11 de octubre, cuando la peregrinación regresaba de la Basílica de Guadalupe, Sergio descendió del vehículo para correr con el fuego guadalupano.
Eran alrededor de las 06:00 horas cuando un vehículo que al parecer no lo vio, lo atropelló y mató.
A su arribo los cuerpos de emergencia encontraron al hombre tendido sobre la carretera. Pese a los esfuerzos por brindarle auxilio, los paramédicos confirmaron que ya no presentaba signos vitales.
El cuerpo de Sergio llegó a su comunidad durante la madrugada del jueves 12 de diciembre. Ese día lo velaron y se llevaron a cabo los tradicionales rosarios en su honor.
Finalmente, este viernes salió de su casa a la misa de cuerpo presente y posteriormente lugar que será su última morada.
El mismo día que Sergio murió, otros tres peregrinos, entre ellos un menor de edad, también fueron atropellados en Tlaxcala.