“No sé qué va a pasar. Pensé que esta tortura institucional ya había acabado, pero no”, escribió Carmen Sánchez, quien fue víctima de un ataque con ácido en febrero de 2014. El miércoles, se enteró de que el hombre que quiso matarla apelará la sentencia condenatoria de 46 años y 8 meses de prisión.
La defensa de Efrén García Méndez metió una apelación y con ello busca revocar la sentencia considerada histórica en México y América Latina. Por primera vez, el ataque con ácido se catalogó como feminicidio en grado de tentativa y no como simples lesiones.
Carmen Sánchez pidió al Poder Judicial del Estado de México “sostener la sentencia”. Dijo que aunque la defensa de su agresor se refiera a ella como “supuesta víctima”, lleva las pruebas del crimen en su cuerpo.
Carmen Sánchez: su expareja intentó matarla y le roció ácido
El 20 de febrero de 2014, Carmen estaba en la casa de su mamá, en el municipio de Ixtapaluca, Estado de México, cuando llegó Efrén, su expareja.
Comenzaron a discutir porque el agresor pretendía llevarse a la hija de ambos; de momento él sacó una botella de plástico y le roció a Carmen el líquido que contenía y rostro y diversas partes del cuerpo. Era ácido.
Carmen ya había ido a denunciarlo en tres ocasiones, pero jamás dieron seguimiento a sus denuncias. Al contrario, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México la ponía en riesgo porque le llamaban a Efrén para conciliar. Así él se enteraba de las denuncias en su contra.
Después de múltiples amenazas, en 2013 la intentó matar con un picahielos. Se lo enterró dos veces en el estómago, una en el brazo y una más en el dedo.
A Efrén lo detuvieron hasta siete años después. Durante todo este tiempo, Carmen y su familia vivieron con miedo. Fue aprehendido en 2021 y en mayo pasado recibió sentencia condenatoria por el delito de feminicidio en grado de tentativa.
El 2 marzo de 2023, Carmen estuvo en Puebla. Se convirtió en la primera entidad en aprobar la Ley Malena, un conjunto de reformas al Código Penal y a la Ley para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia local.
Con ello, se reconoce la violencia ácida, es decir, ataques con ácido o cualquier sustancia corrosiva, cáustica, irritante, tóxica o inflamables.
Dichos ataques serán considerados como tentativa de feminicidio, por lo que la pena podría ir desde los 26 años hasta los 40 años de prisión.