Debido a las heladas y la intensa ola de frío en Estados Unidos, México vive una crisis de electricidad este invierno.
El País informó que desde el pasado 12 de enero, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) declaró estado de emergencia al sistema eléctrico nacional.
Esto quiere decir que la reserva para generar electricidad en nuestro país está por debajo del 3%.
Mientras tanto, el Gobierno de México se encuentra buscando alternativas para prevenir el desabasto, tal como pasó en 2021.
De acuerdo con Bloomberg, las autoridades podrían cortar el suministro eléctrico en algunas zonas con el objetivo de mantener el servicio para las telecomunicaciones, hospitales, aeropuertos, prisiones y algunas oficinas gubernamentales.
Esto es importante ya que México importa cerca del 80% del gas natural que se consume a través de gasoductos ubicados en Texas. Ahora, este servicio se encuentra en riesgo.
El costo de gas natural subió 7.7%, lo que ha generado problemas a la Comisión Federal de Electricidad CFE.
Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que México se encuentra en una situación de cierta emergencia.
Pero (estamos) actuando de manera preventiva, por los problemas de las tormentas invernales en Estados Unidos. Que afectan sobre todo la producción y la distribución del gas, y la energía eléctrica se produce en plantas que requieren gas”, dijo.
Durante la última semana, el estado de Texas ha reportado temperaturas congelantes de -8 grados centígrados.
La sensación gélida y nevadas extremas han invadido gran parte del país vecino del norte.
Asimismo, Estados Unidos es una fuente de gas natural importante para México. Por ello, la situación climática no solo preocupa a los gobiernos estadounidenses, también al sistema mexicano.
En 2021, las bajas temperaturas congelaron los gasoductos ubicados en Texas. Esto provocó una serie de apagones que afectaron a más de 5.9 millones de habitantes de 23 estados de Estados Unidos, además de la muerte de al menos 250 personas a consecuencia del frío.
Asimismo, México se vio obligado a comprar gas natural a precios más altos. Incluso tuvo que usar otros combustibles para seguir abasteciendo de energía eléctrica a la población.