En la Marcha de la Cuarta Transformación, cuando el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa camina entre los cientos de lopezobradoristas, lo reconocen como un político de izquierda.
Lo saludan izquierdistas de todo el país, le ayudan a abrirse paso porque va sobre Paseo de la Reforma en silla de ruedas. Lo ayudan su esposa “Charito” y su hijo Miguel.
La multitud le abre el paso de forma natural, lo saludan y se toman algunas fotos con él. Se encuentra con el presidente de la República quien es apabullado por sus seguidores.
Ahí en un momento en el que todos se empujan para tocar al presidente, donde es casi imposible acercarse entre la multitud.
López Obrador se acerca a saludarlo y le agradece el apoyo y asistencia a la marcha.
Cuando López Obrador ha caminado unos metros, el diputado federal Nacho Mier lo alcanza. Le ayuda a abrirse paso entre la multitud, pero solo soporta unos minutos.
El poblano aborda su camioneta de lujo y se va al zócalo.
Unos metros atrás está el contingente de Puebla encabezado por la dirigente, Olga Romero Garci Crespo; el presidente del Consejo, Andrés Villegas y el director general de Gobierno, Julio Huerta.
Son cientos de miles los mexicanos que están en la marcha. Todos gritando convencidos por el presidente.
Muchos con pancartas en las que niegan ser acarreados.
En el zócalo capitalino esperaron ya seis horas en el sol, sentados en el piso, con sombrillas y gorras como protección.
A las 15:00 llega el presidente y todos lo vitorean, no retrasa más su llegada al estrado. Saluda de lejos la porra de los poblanos y continúa caminando.
Antes de subir lo increpa el dirigente de Morena, Mario Delgado para pedirle una foto. Es Nacho Mier el que toma la foto.
Luego, Nacho pide una foto con el presidente y Delgado la hace de fotógrafo. Intercambian papeles.
Al fondo se escucha abucheos. Son miles los barbosistas.
En la pantalla ven a Nacho Mier con la camisa blanca intacta. Los zapatos perfectamente bien boleados y sentado cómodamente, mientras los de izquierda han sufrido la espera.
Todos gritan “¡reelección!”, pero en su discurso el presidente advierte que no se reelegirá.
Le pone un nombre a la Cuarta Transformación: Humanismo Mexicano.