La iniciativa de reforma electoral enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador el 28 de abril busca “hacer más barata” la democracia, aunque quienes la critican por creer que es mejor fortalecer las instituciones.
¿Qué opinan?
Esta propuesta contempla diversas reformas a 18 artículos de la Constitución Política de México en materia electoral.
De acuerdo con López Obrador, el objetivo de esta reforma es “abaratar” el costo de la democracia, incluso, podrían ahorrarse hasta 20 mil millones de pesos.
Dichas reformas plantean:
Reducir el 66% del financiamiento público a los partidos políticos para que solo reciban dinero en épocas electorales.
En caso de recibir recursos privados, tendrá un límite permitido y deberán reportar la procedencia de los fondos recibidos.
Cambiar al Instituto Nacional Electoral (INE) en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC); también contempla reducir de 11 a siete los consejeros electorales.
Además, busca que la asignación de las autoridades del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tepjf) sea por medio de una votación a nivel nacional.
En caso de aprobarse, también se eliminarían los tribunales electorales locales y los Organismos Públicos Locales (Oples), para que un solo organismo se encargue de las elecciones federales y locales.
Incluso, se plantea que el número de diputados se reduzca de 500 a 300, mientras que los senadores cambien a 96, pues actualmente hay 128.
De igual forma, se propone que el rango de integrantes de los congresos locales sea de 15 a 45, en proporción a la población de la entidad.
Además, se busca que los puestos para las regidurías se reduzcan a nueve. Otro punto que plantea es fomentar la participación electoral de personas mexicanas en el extranjero.
Incluso, también podría implementarse el voto electrónico en las elecciones de todo el país.
Otro punto es que se plantea que se reduzca a 20% la participación ciudadana en la Revocación de Mandato para que sea válida, pues actualmente es de 4%.
¿Qué tan probable es que se apruebe?
No obstante, para que esta reforma sea aprobada requiere de la mayoría calificada, es decir, en la Cámara de Diputados necesita 334 votos, sin embargo, Morena y sus partidos aliados tienen 277 escaños.
En cuanto al Senado de la República, requiere 85 votos, pero el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador solo tiene 75 curules.
Con dichas cifras, Morena requiere votos de partidos como PAN, PRI y PRD, sin embargo, la llamada oposición ha marcado una postura en contra de la reforma.
En este sentido, ya se realizan foros sobre la reforma electoral bajo el modelo de Parlamento Abierto, con la finalidad de discutir la iniciativa.
Además, Morena impartirá 400 asambleas en los 300 distritos de México y 100 en los municipios más poblados del país.
Sin embargo, el bloque opositor de “Va por México”, integrado por el PAN, PRI y PRD anunció la organización de sus propios foros.
En dichos espacios, cuentan con la presencia de Lorenzo Córdova, presidente del INE y demás consejeros del instituto.
Las instituciones deben fortalecerse
Roberto Ignacio Alonso Muñoz, coordinador de la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de la Ibero Puebla explicó estuvo en desacuerdo con el argumento de la oposición sobre que esta reforma es un atentado a la democracia.
Explicó que decir que la democracia depende de la reforma es sobredimensionar la decisión, así como indicó que la iniciativa busca la austeridad y la centralización.
Sin embargo, estimó que se le da una lectura errónea al gasto de los partidos políticos, que no depende del INE, sino que es resultado de las aprobaciones que han hecho las Cámaras de diputados y senadores.
“Es una decisión política, no del organismo”, detalló. Por ello, explicó que la revisión del gasto de los partidos políticos debe hacerse de mejor manera por parte de las instituciones encargadas de la fiscalización.
“La solución es el fortalecimiento de la fiscalización que se hacen de esos recursos, mientras no se solucione la fiscalización, habrá características que no abonan a la democracia”.
En cuanto a la desaparición de los OPLEs, recordó la reforma electoral de 2014, con la que se transformó del IFE al INE y también buscaba una centralización.
“La fórmula (reforma de 2014) no ha acabado de dar resultados como para ya transformarla (…) creo que falta tiempo para poder tomar una decisión y determinar si los OPLEs tienen sentido o bien su tarea puede ser absorbida por una institucionalidad a nivel nacional única”.
Dicha espera, estimó, obligaría a fortalecer la institucionalidad nacional y no a reducirla, como lo pretende la iniciativa actual de reforma electoral.