Ícono del sitio Ambas Manos

Declaran patrimonio cultural intangible ofrenda del Día de Muertos de Tochimilco 

Declaran patrimonio cultural intangible ofrenda del Día de Muertos de Tochimilco 

Ofrenda que consta de cuatro niveles, donde hay comida y veladoras.

El gobierno de Puebla declaró como patrimonio cultural intangible la ofrenda nueva del Día de Muertos de Tochimilco por su valor tradicional. 

A través de un decreto, se establece que la Secretaría de Cultura y el ayuntamiento de la zona hicieron las gestiones para este reconocimiento. 

Por su parte, la Secretaría de Turismo podrá hacer las acciones de promoción y difusión de esta fiesta como un valor anual. 

Ahora, las autoridades estatales deben trabajar en un plazo de 2 años para generar un plan especial de salvaguardia para fomentar el cuidado de esta fiesta. 

Con esto, se enaltece el valor cultural de las fiestas poblanas que tienen un importante impacto dentro del estado en diferentes tiempos del año. 

Ofrenda del Día de Muertos de Tochimilco ya es patrimonio cultural 

La ofrenda nueva del Día de Muertos en Tochimilco se coloca para el 28 de octubre. Rinde homenaje al alma de las personas fallecidas en un accidente. 

El 31 de octubre se recuerda a las niñas y niños con ánimo de fiesta, mientras que el 1 de noviembre es el día de Todos Santos; finalmente el 2 los fieles difuntos. 

La ofrenda consiste en un altar de forma piramidal con una estructura de madera forrada con papel blanco compuesta por 4 niveles. 

Esto representa el recorrido ascensional de la tierra al cielo pasado por las siguientes etapas: 

En el punto más alto debe ir una cruz, junto con decoración con papel picado; todo frente a un tapete de cempasúchil, laurel y romero.  

La tradición dicta que a las 12:00 horas los familiares y amigos deben salir del hogar y recibir el alma del difunto a dos cuadras, para indicarle el camino hacia el altar. La senda debe estar señalada con un camino, acompañado de incienso quemado. 

Durante esta actividad, las campanas de la iglesia acompañan el recibimiento a la par del sonido de cohetones. 

La comunidad puede acudir a la casa del difunto para convivir con su presencia etérea y la familia, degustando alimentos preparados, actividad conocida como “a correr gallo”.  

Salir de la versión móvil