Comerciantes echaron abajo el proyecto que tenían en conjunto con el ayuntamiento de Puebla para controlar el acceso a la Central de Abastos. Consistía en la colocación de plumas y cámaras para reforzar la seguridad.
Así lo informó el Consejo General de los vendedores, tras realizar una asamblea extraordinaria el pasado 11 de marzo. La decisión fue tomada en conjunto entre los representantes de todas las naves.
El control de accesos implicaba la colocación de plumas y cámaras con detección de rostros para tener una mayor seguridad en la zona.
Manolo Herrera Rojas, regidor con licencia del gobierno municipal, explicó el año pasado que la detección de rostros era para tener conocimiento de las personas que entran a trabajar y comprar.
Para ello, se adquirirían dispositivos de calidad que garantizarán su durabilidad por varios años. También se contemplaba construir un muro para cerrar una parte por donde acceden las personas.
La inversión iba a realizarla un grupo de 18 bodegueros de la central porque el ayuntamiento de Puebla solo los apoyaría con asesoramiento y reforzamiento de la seguridad, consistente en patrullajes en la zona por parte de los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
Hasta aquí, el proyecto seguía en diálogo, pero los comerciantes se inconformaron al saber que Parkimovil se encargaría de la regulación del estacionamiento. Se trata de la misma empresa que tiene en concesión el proyecto de estacionamiento rotativo del Centro Histórico de Puebla.
Por dicha razón, los comerciantes colocaron lonas y mantas en las naves, en las cuales manifestaron su rechazo a este plan. Finalmente, el pasado 11 de marzo, anunciaron a través de redes sociales que el proyecto quedó cancelado.
El proyecto surgió debido a la baja afluencia en la Central de Abastos derivada del aumento de la violencia. Donde incluso privaron de la libertad a un suboficial de la Guardia Nacional (GN) y después lo encontraron sin vida en agosto de 2023.