En promedio, 9 de cada 10 personas en el mundo siguen teniendo prejuicios de género, informó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).  

El organismo mundial publicó un nuevo informe que reveló un “estancamiento” en la erradicación de los prejuicios contra las mujeres en los últimos 10 años.  

El Índice de Normas Sociales y de Género (GSNI, por sus siglas en inglés) que fue creado a partir de los últimos datos de la Encuesta Mundial de Valores (EMV), recalcó que no ha habido avances en los derechos políticos y las libertades civiles de la población femenina.  

Incluso, la mitad de la población global todavía cree que los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres. En promedio, el porcentaje de mujeres que ocupan la jefatura de Estado o de gobierno se ha mantenido sin mayores cambios. Alrededor del 10%, desde 1995, es decir, desde hace 28 años.  

En el ámbito laboral, más del 40% opina que los hombres son mejores ejecutivos empresariales. Las mujeres ocupan menos de la tercera parte de los cargos directivos. 

Sobre la educación y empoderamiento ecónomico, el informe detalla que en 59 países donde las mujeres cuentan con mayor nivel económico que los hombres, existe una brecha media del 39% en los ingresos que reciben los hombres.   

La ONU llama “alarmante” al 25 % de la población que cree que está justificado que un marido le pegue a su esposa.  

Estos sesgos siguen alimentando los obstáculos que enfrentan las mujeres en el día a día. Que se manifiestan en el desmantelamiento y violaciones de derechos humanos en algunos países.  

Pedro Conceição, director de la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, indicó que las normas sociales que atentan contra los derechos de las mujeres “perjudican también a la sociedad en su conjunto y frenan la expansión del desarrollo humano”. 

Todo el mundo gana si garantizamos la libertad y la capacidad de actuar de las mujeres”, dijo. 

Indicaron que los gobiernos tienen un papel importante al momento de cambiar las normas sociales de géneros. Ejemplo de ello son las políticas en materia de permisos de maternidad y paternidad, que transforman la percepción sobre las responsabilidades en los trabajos de cuidados. 

Raquel Lagunas, directora del Equipo de Género del PNUD explicó que en países donde las normas sociales revelan mayores sesgos de género, se calcula que las mujeres dedican al trabajo de cuidados no remunerado entre seis y siete veces más tiempo que los hombres. 

Sin embargo, el panorama puede cambiar. Los autores indican que si se quiere impulsar el cambio hacia la igualdad de género, es necesario poner atención en la expansión del desarrollo humano. A través de la inversión, el aseguramiento, y la innovación. 

Como invertir en medidas legislativas y de política que promuevan la igualdad de las mujeres en la participación política. Además de la promoción de otros mecanismos de aseguramiento, como el refuerzo de los sistemas sociales de protección y cuidado. 

También, es importante la estimulación de intervenciones innovadoras que puedan ser particularmente efectivas a la hora de hacer frente a las normas sociales dañinas.

Por ejemplo, erradicar los mensajes de odio y la desinformación respecto a los temas de género en internet pueden contribuir a una evolución de las normas sociales de género hacia una mayor aceptación e igualdad. 

A esto se suma la labor de abordar las normas sociales mediante una educación que contribuya a transformar las actitudes de las personas. Así como de políticas y cambios legislativos que reconozcan los derechos de las mujeres en todos los ámbitos de la vida. Y de esta manera, lograr una mayor representación de las mujeres en los procesos políticos y de toma de decisiones. 

Buen fin Viaja a CDMX