Claudia Herrera Sosa, la policía municipal asesinada en un enfrentamiento con huachicoleros en Chignahuapan, tenía apenas 22 años de edad y era madre de un niña de 4 años.
Además cursaba el séptimo cuatrimestre de la licenciatura en Criminología y Criminalística en la Universidad de Ciencias Administrativas, Turísticas y Humanidades (ICATH) de ese municipio. Dicha institución lamentó el fallecimiento de su estudiante.
Claudia estaba adscrita al Grupo de Operaciones Especiales (GOES) de la Policía Municipal. Fuentes revelaron a Ambas Manos que cuando los huachicoleros emboscaron a sus compañeros, ella ya no estaba en turno; sin embargo, regresó para apoyarlos.
Al parecer, ella viajaba en el mismo vehículo del comandante y jefe del GOES, Juan Carlos Pérez Fernández, quien también murió en el enfrentamiento.
Las mismas fuentes cercanas a la corporación de seguridad dijeron que el comandante recibía “mochadas de huachicoleros”.
Hoy, el gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, habló al respecto porque, al parecer, también contaba con una orden de aprehensión vigente por homicidio.
“Ahora resulta que un señor, que parece ser que en el rol de rangos de la Policía Municipal, que perdió la vida, tenía una orden de aprehensión por homicidio calificado. Hay que actuar de manera rápida, ya hay despliegue del Ejército, de la Guardia Nacional”.
Este domingo, el cuerpo de Claudia fue velado en su domicilio. A las 9:00 horas de este lunes 7 de noviembre se realizó una misa de cuerpo presente en la iglesia de Santiago Apóstol.
¿Qué ocurrió en Chignahuapan donde fue asesinada la policía por huachicoleros?
La tarde del viernes 4 de noviembre, dos agentes de la Policía Estatal y seis del GOES de la Policía Municipal de Chignahuapan detectaron en la comunidad de El Paredón un vehículo cargado con combustible que contaba con reporte de robo.
Al intentar recuperar la unidad se dio un enfrentamiento y fue ahí donde Claudia y Juan Carlos perdieron la vida. Luego, los civiles armados, aproximadamente 50, retuvieron a los demás agentes y amagaron con quemarlos, por lo que fue necesaria la intervención de la Guardia Nacional y de corporaciones de seguridad pública de municipios aledaños.
Aunque en ese momento no se reportaron heridos, ahora se sabe que más uniformados fueron trasladados al Hospital General de Zacatlán. La mayoría se retiró de forma voluntaria y solo uno de 26 años fue trasladado al Hospital de Traumatología y Ortopedia de Libres por fractura en tibia.
Barbosa Huerta reconoció que Chignahuapan es un “lugar complicado” desde hace tiempo, pero advirtió que ya se investiga lo ocurrió y pronto se girarán órdenes de aprehensión.