Enedina García Juárez, la mujer hallada sin vida el 19 de diciembre en San Pedro Chapulco, Puebla, era víctima de acoso constante por parte de su expareja. Un hombre de la Ciudad de México, con quien sostuvo una relación breve después de enviudar.
Enedina, era madre de dos menores —un adolescente de 15 años y una niña de 12 con discapacidad en el habla—. Vivía en la junta auxiliar de San Felipe Hueyotlipan, sin embargo, debido al hostigamiento de su exnovio, decidió mudarse a la colonia El Porvenir.
Según testimonios, tras la ruptura, el hombre se apoderó de su perfil de Facebook e hizo publicaciones indebidas sobre ella. Una amiga de Enedina relató que la joven le pidió ayuda para cerrar su cuenta en la red social.
Tras su muerte, amistades sospechan que además de la violencia psicológica, Enedina pudo haber sufrido agresiones físicas, lo que habría motivado su decisión de alejarse del sujeto. De él solo recuerdan que tiene tatuajes en el rostro.
Enedina perdió a su esposo durante la pandemia de coronavirus, se quedó sola con sus dos hijos y se convirtió en el único sostén de su familia. Entonces, comenzó a trabajar como empleada doméstica.
Fue en este contexto que conoció a su expareja a través de Facebook.
El día de su desaparición
El pasado 19 de diciembre, Enedina salió de su casa a las 10:00 horas. Le dijo a sus hijos que iría a trabajar como mesera en la zona del bulevar Hermanos Serdán.
A las 16:00 horas se comunicó para avisar que ya iba de regreso. Sin embargo, dos horas después, cuando intentaron localizarla nuevamente, aseguran solo escucharon unos gemidos a través del teléfono.
Desde ese momento, se perdió todo contacto con ella e iniciaron su búsqueda.
Aparece cuerpo de Enedina a dos horas de su casa: expareja el principal sospechoso
El cadáver de Enedina fue encontrado el mismo día de su desaparición, pero en el municipio de San Pedro Chapulco, a dos horas de la ciudad de Puebla.
Según reportes policiales, vestía pantalón rosa y los signos de violencia física y sexual eran evidentes. A un costado de ella se hallaron rastros de sangre y una roca con la que presuntamente la golpearon hasta la muerte.
El feminicidio dejó a sus hijos huérfanos de madre y padre, y a la familia de Enedina, quienes son de bajos recursos, les fue necesario recurrir a los vecinos para cubrir los gastos del traslado de su cuerpo a la capital.
Sus restos fueron entregados la tarde de este 23 de diciembre y ya son velados en San Felipe Hueyotlipan.