Debido a que es un tema complicado, hablar de la guerra con niñas y niños puede ser difícil, sin embargo, hay maneras de hacerlo.  

Rocío Aldrete, psicóloga infantil y terapeuta de lenguaje, impartió la conferencia virtual “Cómo abordar conflictos bélicos con infancias” en la Ibero Puebla.  

Durante su intervención, aseguró que la situación mundial ha orillado a padres, madres y tutores a intentar explicar a las y los menores lo que ocurre. 

Prueba de ello son los conflictos en países como Palestina, Ucrania, Rusia, Mali, Guinea, Sudan, Níger y Chad. 

Informó que algunos expertos recomiendan hacerlo siguiendo un plan de contención y atención al menor, ya que el conflicto, la muerte y la guerra han inundado al mundo en los años recientes.  

Las imágenes son gráficas y las noticias llegan a cada rincón, por lo tanto, todo el mundo está expuesto a esta información, pero sobre todo, las infancias.  

Señaló que no hablar sobre esta situación, puede generar actos de violencia contra ellos.  

Si hay situaciones de violencia que viven los niños, y nosotros no nos preparamos y no nos interesamos en hablar de este tipo de cuestiones, vamos a estar también generando situaciones de violencia hacia ellos”. 

Al explicarles estos temas, las y los menores entenderán las razones y al mismo tiempo, encontrarán comprensión y entendimiento en los adultos. 

Según la experta, niños y niñas pueden presentar afecciones al exponerse a entornos o información violenta.  

Por ejemplo, estrés, ansiedad, vergüenza, cambios conductuales, problemas en el sueño, irritabilidad, repetición del suceso.  

Además de síntomas físicos sin antecedentes aparentes como dolor de cabeza, problemas gastrointestinales o en la piel. 

Debido a que los niños experimentan cosas por primera vez en su vida, el diálogo y el acercamiento son fundamentales durante su desarrollo.  

Así se construyen bases sólidas que les permitan navegar y entender sus emociones. Para lograrlos, Aldrete brindó la ruta a seguir para ayudar a las niñas y niños a comprender cualquier tipo de conflicto que presencien.  

La psicóloga afirma que lo más importante es elaborar una estrategia, pues “un plan les da primero seguridad y claridad a ustedes”. 

En este, las y los adultos deben incluir cuatro aspectos importantes: los resultados que quieren obtener con esta plática, desde dónde hacen esta intervención, para qué quieren hacerlo y las herramientas con las que cuentan y que van a aplicar para hacerlo. 

Para plantear un resultado, es necesario que este sea concreto, que salga de los parámetros de lo que se cree que pueden manejar. 

También debe ser convergente, es decir, “que sea como una situación paraguas; que ustedes puedan abordar la mayor cantidad de cuestiones con el niño, en ese momento”. 

Una vez definido el resultado, es importante reconocer de dónde viene la intención de querer hablar con el niño o la niña sobre esta situación.  

Desde donde ustedes decidan tener esta plática con su hijo o con el niño en cuestión, es que ustedes van a plasmar todo el resultado”.  

Señaló que si la plática se hace con miedo, frustración o algún aspecto negativo de por medio, puede condicionar el resultado. 

El para qué es importante para saber qué busca el adulto. Si bien, puede parecer similar a plantear un resultado, este se enfoca en el futuro de las partes involucradas y el beneficio que les puede traer el diálogo abierto.  

Así se llega al uso de herramientas: “Hay un millón de herramientas y de formas diferentes hacerlo, pero que, si no consideramos todo lo anterior, así sea la mejor herramienta, no vas a tener los resultados que tú quieres”.  

Una vez que exista un plan, una de las estrategias más recomendadas por la experta es el enfoque en solución. Este se centra en hablar de los aprendizajes que se pueden sacar de una situación compleja.  

Es importante ser claros ya que, si bien se está viviendo una situación de conflicto a gran escala, el conflicto es parte de la cotidianidad.  

No solamente hay que pensar en que hay conflicto bélico como una situación de guerra, sino también los conflictos en el día a día que tenemos, desde ahí vamos a hacer también el abordaje con los niños”. 

Así, recomendó que las y los adultos propicien un espacio seguro para la intervención, que tengan los ojos y los oídos bien abiertos a lo que pase. Y que todo lo que se diga sea adecuado para la edad de las niñas y niños.  

Está esta idea errónea de que es que los niños son como unos adultos chiquitos. No. Los niños son niños, no son adultos, lo somos nosotros que debemos tener estas herramientas para comunicarnos y traducir esta información con los niños”. 

Finalmente, recomendó complementar estos aprendizajes y herramientas con el uso de materiales didácticos que acompañen la información brindada.  

El uso de cuentos, o revistas ilustrativas adecuadas para su edad, que aborden estos temas, serán los artículos más adecuados para esta tarea. 

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