El Paseo Bravo es uno de los lugares emblemáticos que se ubican en el Centro Histórico de Puebla. Guarda entre sus fuentes y grandes árboles algunas curiosidades que tal vez no conocías, así que pon atención a los siguientes datos.
El origen del nombre
Su nombre se debe al general insurgente Miguel Bravo, quien participó en la lucha de la Independencia de México. Este militar guerrerense era tío de Nicolás Bravo, quien fue presidente del territorio mexicano en tres ocasiones.
Este sitio recibe su nombre porque allí fusilaron a Miguel Bravo el 15 de abril de 1814, esto según con una de las versiones de la muerte de este personaje.
Después de su ejecución, el 19 de julio de 1823, el Soberano Congreso Mexicano emite un decreto en el que Miguel Bravo recibe el honor de “Benemérito de la Patria en Grado Heroico”.
Además, en ese decreto el Congreso solicitaba que en el lugar donde sacrificaron a “Héroes de la Independencia” (Miguel Bravo y varios más) se cercara, se adornará con árboles y se colocara una pirámide. Esto como homenaje a estos personajes históricos.
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Ubicación del Paseo Bravo
De acuerdo con el historiador alemánHugo Leicht en el libro “Las calles de Puebla” el Paseo Bravo estaba situado en parte del terreno en donde se encontraba la Plaza del Parral. A principios del siglo XIX en este sitio se encontraba una horca. La cual se removió del sitio a petición del Fray Vicente Magor, quien explicó que por esta razón la orden de predicadores conocida como “dominicos” no podía vender algunas casas que tenían en esa zona.
Según el historiador Pedro Ángel Palou Pérez, en 1819, el gobernador Ciriaco del Llano y Garay propuso la creación de un paseo público en la ciudad de Puebla. El diseño del proyecto estuvo a cargo del artista Bernardo Olivares Iriarte.
Homenaje a Miguel Bravo
El primer gobernador de Puebla, José María Calderón, ordenó en 1827 que se colocara el busto de Miguel Bravo en el parque. Luego, en 1830, reemplazaron la pieza porque la primera se la robaron.
Hasta que en 1857 la retiraron de manera definitiva y la trasladaron al edificio del Antiguo Colegio de San Juan. Posteriormente, el busto lo llevaron al Museo Militar del Batallón de San Javier, sin embargo, cuando sucedió la Revolución Mexicana la pieza se extravió.
Posteriormente, en el parque se colocó un monumento en memoria de Nicolás Bravo y el entonces presidente Porfirio Díaz acudió a la inauguración.
¿Cuántos nombres tuvo el Paseo Bravo?
El Paseo Bravo inició con el nombre de “Paseo Nuevo” en 1840. Después, en 1845, se le conocía como “La Alameda” y hay algunos registros que indican que en 1856 también la llamaban “Alameda Nueva”.
Años después, recibió el nombre de “Paseo de la Emperatriz” en honor a la esposa de Napoleón III, Eugenia de Montijo.
Finalmente, en 1870, por primera vez se refirieron al parque como Paseo Bravo, el nombre que todos conocemos.
¿De dónde salió el reloj de “El Gallito” del Paseo Bravo?
Uno de los monumentos más importantes que se encuentran en el Paseo Bravo es el reloj de “El Gallito”.
Esta estructura que se ubica en la esquina de la 11 Sur y la avenida Reforma lleva este nombre porque en la parte superior de la torre tiene la figura de un gallo. A propósito, este reloj fue inaugurado en 1921 y cedido por la colonia Francesa en Puebla con motivo del centenario de la consumación de la Independencia de México.
También, se colocó un monumento en memoria del político y médico poblano Gabino Barreda. El cual se construyó durante el mandato del presidente municipal, Leopoldo Gavito.
Atracciones
Al inicio, el parque urbano contaba con un zoológico, pista de patinaje, un museo de historia natural, un acuario y un serpentario. Incluso, había hasta cocodrilos y un lago artificial.
En el corazón de muchos poblanos perdura el recuerdo del león César, uno de los animales que vivía en el zoológico. Algunas versiones indican que César murió por vejez, sin embargo una sostiene que unos sujetos le dispararon.
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