El 6.4% de la población, es decir, más de 8 millones de personas, padece de inseguridad alimentaria en México
Leticia López Posada, directora del Departamento de Ciencias de la Salud de la Ibero Puebla, señaló que estas personas “están muriendo de hambre”, ya que pasan días sin comer.
La cifra se dio a conocer en el marco del Foro de Ciencias de los Alimentos, organizado por la universidad. En el evento, participaron áreas como el Laboratorio de Innovación Económica y Social (LAINES) y el Huerto IBERO Puebla.
También reunió a estudiantes de la licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos, Ingeniería Biomédica, y la licenciatura en Liderazgo para el Emprendimiento Innovador (LEINN). Presentaron 40 proyectos y productos innovadores.
Como parte del principio de producción responsable que se promueve, destacaron iniciativas para combatir los males alimentarios y de salud que afectan a la población.
Entre los problemas están la desnutrición, enfermedades intestinales y padecimientos crónicos que se dan, en parte, por una mala alimentación.
Sin embargo, las y los alumnos también tuvieron la oportunidad de desarrollar propuestas que aportan a un panorama urgente de hambruna alrededor del mundo.
De acuerdo con López Posada, alrededor de 8 millones 189 mil personas padecen de inseguridad alimentaria.
La problemática se da a pesar de que México se posiciona año con año como uno de los mayores productores de alimentos a nivel mundial con más de 280 millones de toneladas, de las cuales, se desperdicia más del 30%.
Nosotros desde la IBERO Puebla tenemos una gran responsabilidad de incluir estos temas en nuestra currícula, y estamos asumiéndola a través de eventos como este foro de alimentos”, dijo.
Por ello, las y los alumnos buscaron poner de frente propuestas viables para el bienestar de los menos favorecidos.
La académica explicó que en este caso “se busca el acceso justo a alimentos de calidad en equilibrio con el beneficio de las personas que los producen y transforman”.
Igualmente, los proyectos atienden a sectores vulnerables como infancias y adultos mayores. Sobre todo, a aquellos que no tienen los recursos suficientes para procurar una buena alimentación.
También se enfocaron en la atención de pacientes de cáncer, personas con padecimientos hormonales y mujeres lactantes o embarazadas.