Tomás Pérez Francisco, un defensor de la tierra originario de Pantepec, Puebla, desapareció en 1990 después de que un grupo armado lo privó de la libertad. A estas alturas todavía no se sabe qué le hicieron, por qué y quiénes fueron los responsables. Nadie habla de él, fue borrado de la historia y el caso quedo marcado por la impunidad y el racismo. Hoy, 33 años después, su hijo exige verdad y justicia.
Tomás fue víctima de las desapariciones forzadas en México. Se lo llevaron un año antes de que concluyera la Reforma Agraria: jamás le dieron por lo que tanto luchó.
Guadalupe Pérez Rodríguez es el hijo de Tomás. Acusa que las autoridades lo han revictimizado a él y sus demás familiares y han incurrido en grandes omisiones en el proceso de búsqueda e investigación. Pide respuestas, verdad y que el Estado asuma que toda la violencia se dio porque la permitieron.
Guadalupe ya cuenta con el acompañamiento del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría SJ (IDHIE) de la Ibero Puebla. También de otros colectivos como el movimiento campesino Tutunakú de Pantepec y la Coordinadora Regional de Acción Solidaria en Defensa del Territorio (Corason).
Todos se reunieron hoy para alzar la voz y exigir a las autoridades del estado reúnan las exigencias para la verdad y justicia y subsanen las deficiencias y violaciones en el proceso. Que cumplas sus palabras y promesas y las acciones sean reales y efectivas.
No investigaron el contexto en el que se dio la desaparición de Tomás
La activista y poeta Irma Pineda Santiago expuso que ni siquiera fue tomado en cuenta el contexto en el que se dio la desaparición de Tomás, mucho menos los factores socioculturares. Ese 1 de mayo de 1990 a Tomás lo interceptó un grupo armado cuando se trasladaba a las comunidades vecinas de Pantepec.
Dos años antes quemaron la comunidad de La Sabana y los indígenas se tuvieron que organizar para defender sus tierras de los caciques.
Cuando una persona indígena es arrebatada de su comunidad, están rompiendo el tejido comunitario. Desaparecer a una persona de pueblos indígenas también implica desaparecer a las culturas y a los pueblos”.
El consultor independiente Rubén Ortiz Rosas explicó que la desaparición de Tomás se dio en un momento de contrainsurgencia, donde la desaparición forzada y la represión fueron practicas fomentadas por el Estado ante la efervescencia política. Al callarlo, silenciaron la lucha y mientras el caso no tenga una resolución, Pantepec resiste.
Desaparición de Tomás Pérez Francisco: su mamá presentó la denuncia, pero cerraron la investigación “atipicidad”
El 7 de mayo de 1990 la mamá de Tomás, la señora María del Pilar Francisco Luis, presentó una denuncia ante el entonces Procuraduría General de Justicia del Estado de Puebla por la detención y posterior desaparición de su hijo.
Se nombró a un agente del Ministerio Público que el 9 de marzo del año 2000 concluyó el cierre definitivo de la carpeta de investigación por “atipicidad”.
En 2008, la Ministerio Público de Xicotepec se negó a reconocer la existencia de dicha carpeta de investigación. Tampoco quiso incorporar al expediente las diligencias que en su momento no hicieron.
El 9 de septiembre de 2021 reaperturaron la averiguación previa y durante casi dos años estuvo en manos de la Fiscalía de Investigación Regional. Hasta el pasado 18 de mayo la turnaron a la Fiscalía Especializada en Investigación de los Delitos de Desaparición Forzada y Desaparición Cometida por Particulares.
