Científicos reviven a gusanos que permanecieron congelados por 46 mil años, época en la que todavía existían los mamuts. 

La CNN informó que la especie desconocida es un tipo de gusano redondo que se encontró a 40 metros debajo de la superficie en el permafrost siberiano en un estado latente conocido como criptobiosis.  

Teymuras Kurzchalia, profesor emérito del Instituto Max Planck de Biología y Genética de Células Moleculares en Dresden, es uno de los científicos involucrados en la investigación.  

Explicó que los “gusanos zombie” que permanecieron en estado criptobiótico son capaces de soportar la falta de agua u oxígeno. También toleran altas temperaturas y condiciones de congelación o salinidad extrema.  

Kurzchalia explicó: “Permanecen en un estado “entre la muerte y la vida”, en el que sus tasas metabólicas disminuyen a un nivel indetectable”. 

El científico señaló que “uno puede detener la vida y luego comenzarla desde el principio. Este es un hallazgo importante”.  

Después de descongelar a los gusanos, utilizaron el análisis de radiocarbono del material vegetal en la muestra. El resultado fue que los gusanos no se habían descongelado entre 45 mil 839 y 47 mil 769 años. 

Sin embargo, no lograron saber si el gusano era una especie conocida. Sobre el análisis genético en manos de Dresde y Colonia, demostró que los organismos pertenecían a una nueva especie, que los investigadores llamaron Panagrolaimus kolymaenis. 

También descubrieron que P. kolymaenis compartía con C. elegans. Ambos organismos producen un azúcar llamado trehalosa, lo que posiblemente les permita soportar la congelación y la deshidratación. 

En entrevista para CNN, Philipp Schiffer, líder del grupo de investigación del Instituto de Zoología de la Universidad de Colonia resaltó que algunos procesos de la evolución están profundamente conservados.

Ver que la misma ruta bioquímica se usa en una especie que está a 200 o 300 millones de años de distancia es realmente sorprendente”. 

Agregó que hay otras ideas útiles que se pueden obtener al estudiar estos organismos.

Al observar y analizar a estos animales, tal vez podamos informar a la biología de la conservación. O tal vez incluso desarrollar esfuerzos para proteger a otras especies, o al menos aprender qué hacer para protegerlos en estas condiciones extremas que tenemos ahora”. 

Cinco años atrás, científicos del Instituto de Problemas Fisicoquímicos y Biológicos de la Ciencia del Suelo de Rusia encontraron dos especies de lombrices intestinales en la misma zona geográfica.  

Otra de las científicas de la investigación, Anastasia Shatilovich, revivió a dos de los gusanos en el instituto. Lo único que hizo fue rehidratarlos con agua.  

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